Capítulo 8

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—Cállate.

—Cállame.

George ríe de manera nerviosa e ignora el tema.

—Dijiste que era cerca, ¿verdad?

—¿Qué cosa?

—La fiesta.

—Oh... Sí, ya casi llegamos.

Pudieron comprobar eso cuando lograron escuchar la música demasiado fuerte.

Había un pequeño Sapnap en la puerta tratando de buscar a alguien aparentemente mientras sacudía sus brazos para alejar el humo de los chicos que estaban fumando cerca de él.

—¿Qué haces afuera? —le preguntó Dream.

—Estaba buscando a Karl. ¿Lo has visto?

—Recién acabamos de llegar. ¿Por qué no entras? Karl debe estar adentro.

Los tres ingresaron a la casa donde ya empezaba a llegar la gente. Karl estaba hablando con unos amigos suyos en la cocina y Sapnap no dudó en ir con él.

—Bien. Solo somos tú y yo —le dice Dream a George—. ¡No puedes ser! —grita viendo fijamente hacia un lado—. ¿Qué hace ella aquí? Espérame. Vengo rápido.

George lo toma del brazo antes de que huya.

—Prometiste estar conmigo todo el tiempo.

—Solo serán cinco minutos. Por favor, George. Primero no tardar tanto.

—Entonces me voy.

—¡Ay, eres peor que novia celosa! Parece que estoy en Chernobyl —Dream se cruza de brazos—. Por tu culpa estaré solo hasta los treinta.

—Eres un exagerado. No vas a terminar soltero toda tu vida solo por no coquetear con todo el mundo una noche.

—¿Qué sentido tienen las fiestas si no puedo hacer nada?

—Pues no lo sé. Tú eres el que quería venir.

Dream da una pequeña mirada por el lugar. Todos sus amigos se están divirtiendo. ¡Incluido Sapnap!

—Bonito tu novio, Dream —le dice un compañero de clase con tono burlón.

Dream aprieta los puños.

—Al menos él tiene a alguien —le responde George.

—No hablaba contigo.

—Pues tiene razón. Al menos yo tengo a alguien.

Dream le saca el dedo del medio mientras besa a George sin pudor. George sonríe inconscientemente. Es como una sensación de satisfacción cerrarles las bocas a todos, pero no había mejor sensación que cuando Dream le cerraba la boca.

Siente la mano de Dream en su cintura y su lengua invadiendo su boca. Su espalda choca contra la pared y abre los ojos por la sorpresa.

—Tranquilo, Dream —dice George con una sonrisa juguetona—. Ya se fue. Se acabó el jueguito.

Por primera vez Dream se muestra tímido con lo sucedido.

—¿Quieres ir a la terraza?

—Mejor. Me haría bien algo de aire fresco —admite George.

La terraza está más tranquila. No hay más que una pareja fumando en una esquina.

Dream se apoya en el borde que da al lado de la playa. Se ve tan oscuro que el mar es un poco difícil de percibir, pero se escucha perfectamente el romper de las olas. El aroma de la brisa se hace presente rápidamente combinado con la colonia de George que es tan fresca como una noche de verano como esa.

Our Summer [Dreamnotfound]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora