capitulo 17

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capitulo 17

Días de sol, lluvia y nieve habían tenido lugar, haciendo que los meses pasaran muy rápidamente.

Sasuke había cumplido con su promesa al pie de la letra, Mito, contra sus propios deseos, había abandonado el Palacio y ahora se encontraba en el Palacio de Lágrimas, lejos de la vista de todos pero aun con un poder político considerable, más eso ya no preocupaba al Uchiha. Naruto Uzumaki había sido indultado tras la ejecución de su hermano, ahora no solo era el líder de la familia Uzumaki sin también el Khan de Crimea, uno de los hombres más poderosos del mundo y esperaba el momento de casarse con la Sultana Hinata, con el permiso del Sultan. Fugaku era el nuevo Gran Visir del Consejo Real y, claramente, la mano derecha de Sasuke y el mejor aliado de Mikoto.

El Imperio corría con tiempos de paz absoluta.

Sakura estaba en las últimas semanas de su embarazo, sin necesidad de tomar reposo ese a lo avanzado de su estado y las continuas pataditas del bebé que solían repetirse muy seguidamente a lo largo del día, como si quisiera marcar presencia. Sasuke, pese a que ya no pudieran tener intimidad, pasaba todas las noches a su lado, velando su sueño, satisfecho con solo verla dormir tranquila. Pero Sakura comenzaba a tener miedo, estaba claro que en algún momento una mujer podría intentar ocupar su lugar en la cama del Uchiha, y eso la preocupaba. Amaba a Sasuke con todo su corazón, pero seguía sin considerarse la mujer más hermosa del mundo y mucho menos cuando su embarazo la hacía distar bastante de su figura original.

Era celosa, claro que lo admitía pero, siendo la primera y única mujer del Sultan del mundo, ¿Quién no lo seria?

Había una joven en el Harem que llevaba despertando su desconfianza desde hacía ya unas semanas, se llamaba Karin y en cada momento posible intentaba llamar la atención de Sasuke. Ino insistía en que ella no debería de preocuparse por esas cosas, pero Sakura no podía evitarlo, solo la consolaban los cuarenta días que debería esperar, luego del parto, para volver a estar en la cama de Sasuke y asegurar el lugar que tenía en la mente y el corazón del Uchiha.

Por otro lado, y como siempre, la Sultana Mikoto estaba a su lado, vigilándola y augurándose de que todos sus deseos fueran cumplidos. Era la madre y apoyo femenino que necesitaba en esa clase de momentos, en complemento con la Sultana Mei que igualmente siempre estaba cerca. La pequeña Sultana Rin era una clara excepción, Sakura sabía que no era del agrado de la niña, pero tampoco intentaba hacer algo para caerle mal, solo la trataba con respeto, como debía. Además, ella misma había recomendado un sustituto para vigilante de los aposento del Sultan ante el nuevo cargo que ostentaba Fugaku Pasha, Dan Kato, el líder del ejercito ahora era el guardia del pabellón real y uno de sus más fieles aliados, que apoyaba su actuar y su continuo proseguir respecto a las reglas que señalaba el Imperio.

Pero había una idea en la mente de Sakura hacía ya un tiempo; la verdad, necesitaba exponer la verdad a los que le eran leales a Mito y que aún permanecían en el palacio, el mejor caso de eso era Kurenai. Hacía ya un tiempo había descubierto que la encargada del Harem había sido una de las favoritas del anterior Sultan, incluso había conseguido embarazarse, pero Mito había logrado que perdiera al bebé y se volviera estéril, perdiendo su lugar de favorita y quedando rezagada en los escalafones sociales. Kurenai no sabía quién lo había hecho, pero Sakura pretendía hacerle ver las cosas de la forma que más considerara conveniente, mediante un ataque claro, pero no como lo que practicaba la depreciable y exiliada Sultana pelirroja, Jugo estaba listo para el plan, al igual que Ino y Kin.

Sakura recorría los pasillos hacia las celdas en compañía de Ino y Kin, esplendida mente vestida en galas esmeralda bordadas en oro, holgada bajo el pecho para marca su vientre y con una hermosa corona de oro y esmeralda sobre su cabeza a juego con un par de pendientes, y el collar de los Uchiha alrededor del cuello. Había ordenado que encerraran a Kurenai, necesitaba dejarla aislada para que pudiera reflexionar una vez que ella le dijera la verdad, pero todo...paso a paso. La pelirosa observo a Kurenai través de los barrotes.

el siglo magnifico el sultan sasuke y la sultana sakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora