capitulo 4
Sakura no podía recordar mucho del viaje, tras despedirse de Andreu, forzosamente, había subido al carruaje real proveniente del palacio que había llegado en su busca así como de Kabuto y Jugo.
Con la mirada triste había observado a través del enrejado como su salvador desaparecía dejando espacio a kilómetros de campo abiertos que eran recorridos por dos caballos. El viaje prácticamente había llegado un día y ahora, pleno amanecer, sentía como las voces de la gente resonaban desde el exterior y el pueblo previo al palacio del Sultan le daba involuntariamente la bienvenida. A ella le daba igual todo, no podía hacer nada ahora que estaba en la boca del lobo, contra sus deseos, y lejos de su familia a la que tanto amaba.
Una pregunta apareció repentinamente en su conciencia, ¿Y si el Sultan era bondadoso y le permitía volver a su hogar? No. Un rey que hubiera ordenado su rapto no podía ser bondadoso ni misericordioso. Solo debía intentar pensar en encontrar un lugar del palacio mediante el cual pudiera escapar.
En cuanto el carruaje se detuvo en la entrada del palacio supo que sus oportunidades de escapar, antes de ingresar a esa prisión dorada, se habían acabado. Tenía el cabello ligeramente enredado, la piel algo oscurecida producto del polvo y su vestido blanco estaba desgarrado en las mangas y falda, asi como completamente enlodado e irreconocible.
Mientas Jugo la ayudaba a descender del carruaje, cuyas puertas habían sido abiertas por Kabuto, Sakura noto la llegada de una mujer elegantemente vestida con telas color violeta. Era muy delgada y hermosa, con piel blanca, iris rojos y largo cabello negro adornado por joyas. La mujer arqueo una ceja con diversión al verla, recorriéndola de arriba abajo con la mirada haciendo que Sakura temblara ligeramente en su lugar, observando a Jugo de manera silenciosa, suplicando su ayuda.
-Pero esta chica no nos sirve—soltó la mujer cruzando los brazos por sobre su pecho sin desaparecer la sonrisa que tenía en el rostro.
-Es lo que la Sultana Mito pidió, Kurenai—respondió Kabuto igual de divertido que ella.
Bajando la cabeza, Sakura apenas y alcanzo a responder abruptamente cuando esta mujer, Kurenai, la sujetaba del mentón y le analizaba el rostro y cabello, en espera de buscar algún defecto. Kurenai debía admitir una cosa, la muchacha si bien no era voluptuosa como las concubinas del Harem, aún era joven y con los embarazos y usanzas propias de su rol de mujer estaba segura que la joven conservaría una figura envidiable. No estaba tan mal.
-Veré que puedo hacer—se resignó Kurenai.
Sin más diatriba, Sakura se atraganto con un jadeo de sorpresa en cuanto la mujer la sujeto del brazo y jaloneo al interior del palacio pese a su intensa resistencia. Sabiendo que no podía hacer nada más, Sakura volteo encontrado el rostro de Jugo de quién se alejaba y, moviendo los labios, le pidió ayuda más le la observo con lastima. Sabía que, pese a la amistad que habían formado, él estaba imposibilitado para ayudarla.
Tiraba con fuerza del brazo de aquella mujer que la había atravesar metros y metros de mármol y oro que formaban el palacio, cortinas de seda, salones con fuentes y balcones bellísimos. Ahora de hecho la estaba ingresando a lo que parecía ser un baño. Le había arrebatado la capa y lanzado a cualquier lugar.
Sakura o hacia otra cosa que resistirse puesto que insistía mentalmente en que nadie podía forzarla a hacer nada que ella no quisiera.
-Báñenla bien—ordeno Kurenai caso arrojando a Sakura a dos jóvenes del Harem que, únicamente vestidas con toallas y con el cabello mojado asintieron únicamente.
La pelirosa se resistió y grito mientras unas de las mujeres la despojaba de su vestido y la otra la envolvía con una toalla.
-¡Puedo bañarme sola!—gritó.
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el siglo magnifico el sultan sasuke y la sultana sakura
FanficSakura Haruno, una campesina griega, es capturada por orden de la Sultana Mito y enviada como regalo al joven Sultan Sasuke. La inocencia de esta campesina será su mejor arma y la ayudara a sobrevivir en un mundo donde las mujeres no tienen lugar po...