capitulo 28

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Capítulo 28

Sakura termino de revisar los informes y contabilidad del harem, como cada día, dejando los documentos sobre el escritorio. Vestida en galas violeta bordadas en plata y diamantes, con un muy favorecedor escote en forma de corazón y ajuste perfecto a su cuerpo, con una elegante corona de plata, diamantes y cristales reluciendo en su cabeza, reposaba su espalda contra el respaldo de su silla.

El poco usual silencio la hizo abrir los ojos y dirigir su vista hacia Tenten que, de pie frente a ella, se mantenía triste y sumida en sus propios pensamientos. Sakura llevaba años cuidando se Tenten, puliendo su educación y haciéndola una joven de bien, era imposible el hecho de que Tenten actuara diferente sin que ella lo notara. La Sultana no pudo evitar asociar su actuar para con el Hasoda Basi: Neji.

Ella, por ahora, solo quería paz. Sasuke partiría hacia Crimea en dos semanas, sumiéndolos a ambos en una de las separaciones más largas que hubieran tenido hasta la fecha. Quería esperarlo con el alma y corazón plenamente serenos y únicamente pensando en él, añorando sus besos y caricias, su amor incondicional y su presencia que le brindaba esa esperanza de la que carecía cuando no lo tenía cerca.

-Esta triste por Neji—afirmo Sakura en voz alta, leyendo la mente de su amiga y, casi, hermana.

Indicándole que se acercara, con su mirada, Sakura vio a Tenten sentarse de rodillas frente a ella, observándola con ese aire de veneración y cariño que se tenían la una a la otra. Después de Ino, que era como su sombra, o como Kurenai que era una especie de tía o hermana mayor, Tenten era lo más parecido que Sakura hubiera aludido a su pasado y familia.

-Mi Tenten—la arrulló Sakura, acariciando los cabellos de la pelicastaña que levanto la mirada hacia ella, pidiéndole ayuda, -mi hermanita—sonrió notando que la triste de Tenten comenzaba a desvanecerse paso a paso. –Esperaba que no tuvieras que saberlo de la forma más dolorosa.

Tenten, tragando saliva, recordó las palabras de Neji al momento de admitir el estar enamorado de otra persona. La Sultana Sakura era un mujer inalcanzable para cualquiera puesto que era la esposa legal del Sultan, la madre de sus hijos, su única mujer, codiciarla o desearla era un error...un error que Neji no había dudado de cometer. Pero Tenten sabía que su Sultana no compartía ese sentir...más si era consciente de la existencia de esto por parte del Hasoda Basi.

-Neji ha estado enamorado de mi por años, pero eso no significa que yo lo comparta—aseguró Sakura, tranquilizando a la pelicastaña que asintió ante sus palabras, -pero intentar desdecirlo es todavía más riesgoso—aseguró levantando, con cautela, su mirada hacia la puerta.

Cualquier asociación de carácter emocional con un hombre, aún más perteneciendo al Harem del Sultan o siendo madre de un príncipe...era peligroso puesto que cualquier a su alrededor podía manipular o cambiar la situación a su favor para derrocar a alguien del poder. Era la estrategia más vieja del mundo y Tenten lo tenía muy claro...pero eso no hacia menos doloroso el rechazo de parte de Neji, aunque el error también era suyo por haberse enamorado tanto de él sin motivo aparente.

-Quisiera poder olvidar todo lo sucedido, Sultana—aseguró Tenten con la voz quebrada, no por estar al borde del llanto sino por los dolorosos recuerdos de Neji asegurando sentir amor por la mujer que era como su hermana, su Sultana, -pero no puedo—finalizó la pelicastaña bajando la mirada.

Sakura, con una mirada triste y dolida por el sufrimiento de su leal amiga, aparto la silla y se arrodillo frente a Tenten, abrazándola de manera protectora y deseando que no fuera víctima de la crueldad del mundo.

Baru abandonaba sus aposentos en compañía de su favorita, Mirai.

Habían pasado su tercera noche juntos y Baru no hacía sino sentirse más encantado con la inteligencia e ingenio de la pelinegra que no dudaba de plantearle reto tras reto a cada paso. Mirai, a su lado, vestía una elegante galas blancas bajo una chaqueta de encaje rojizo bordadas en diamantes a juego con un roche en forma de mariposa adornando su largo cabello que caía como una marea sobre sus hombros.

el siglo magnifico el sultan sasuke y la sultana sakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora