el siglo magnifico el sultan sasuke y la sultana sakura

capitulo 8

capitulo 8

Mikoto bebió de su copa mientras observaba a Sakura comer recatadamente.

Vestida en sedas doradas, con una chaqueta de brillante encaje cobrizo y una corona absolutamente hermosa sobre su cabeza, la madre del Sultan volvía a escudriñar con la mirada a la joven pelirosa que ahora podía ser la madre de un príncipe para el Imperio de los Uchiha. Mikoto no paraba de reproducir en su mente aquel momento en que Shizune, poco antes de traer a Sakura, había hecho traer a las criadas que habían cambiado la ropa de cama de los aposento del Sultan y que le habían mostrado las sábanas blancas claramente manchadas con la prueba de la virginidad de la joven griega.

Ahora que ya estaba segura de que su hijo pudiera engendrar un heredero, la existencia del príncipe Yosuke dejaría de ser un problema. Sakura podía ser joven pero, y eso lo decía Mikoto de buena fe, claramente podía engendrar un hijo sano y pronto. Sakura, sin sentirse nerviosa por la mirada de la Sultana Mikoto, levanto la mirada, sonriéndole y dudo antes de preguntar aquello que llevaba tiempo deseando saber.

-Sultana—llamo respetuosamente la Haruno, -perdone que pregunte pero, ¿Por qué me ha pedido venir?

La Matriarca Uchiha sonrió suavemente hacia al joven que le guardaba más respeto del que ella acostumbraba a recibir pero que no le molestaba en lo absoluto.

-Para felicitarte—respondió Mikoto, viendo a Sakura bajar la mirada con vergüenza, -no tienes de que avergonzarte. Ahora eres la favorita del Sultan, el que pases la noche con él no puede ser un asunto privado—vio a la pelirosa levantar la mirada con sorpresa, -cada vez que entres en su cama, cabe la posibilidad de que engendres a un príncipe, eso es un asunto de estado.

Sakura asintió únicamente. Sabía muy bien que era lo pasaría ahora, pero agradecía que no fuese nadie más que la Sultana Mikoto quien se lo dijera. También sabía que, pronto, la Sultana Mito comenzaría a indagar en su actuar y lealtad puesto que era ella quien la había hecho traer para el Sultan...pero Sakura no sentía lealtad por ello en lo absoluto. Tenía muy claro que a quien le era leal era a Sasuke, y en segundo lugar a la Sultana Mikoto.

-Le pedí al Sultan escribirle a mi familia—confesó Sakura al ver a la Sultana Mikoto de su lado, -sé que he de permanecer aquí pero quería que, al menos, supieran que estoy viva.

-Lo sé—respondió Mikoto viendo que la joven no tenía el menor problema en serle leal a ella, -mi hijo me lo conto. Y también que, tras enviarla, permitiría que escribieras a tu familia tanto como lo desearas—sonrió orgullosa ante esto. –Eres muy afortunada, el anterior Sultan no hubiera permitido eso.

Sakura, en el poco tiempo que llevaba en el palacio, entendía muy bien que Sasuke era un gobernante noble y piadoso comparado con su padre, el Sultan Izuna que había sido tachado de cruel producto de su proceder a lo largo de su breve reinado. Sasuke entendía que, con solo cometer un solo acto de crueldad; siempre se seria cruel, y con esa idea tan clara en su mente ya estaba a salvo de toda clase de intrigas. Mientras el entendiera lo peligroso que podía ser volverse cruel, se mantendría a salvo del mundo en que todos, salvo su madre y ella misma, querían introducirlo a la fuerza.

-¿Qué hay del príncipe Yosuke?, Sultana—preguntó Sakura sabiendo que, ya de por sí, no era su derecho inmiscuirse en la política, -¿Hay alguna idea de donde podría hallarse?

Mikoto únicamente suspiro sonoramente ante esto.

-Desgraciadamente, no—respondió Mikoto sin importarle hablar de política. De hecho agradecía que Sakura quisiera hablar con ella de eso puesto que temía compartir sus pensamientos con los demás, -tenemos muchos enemigos...y hasta temo que la Sultana Mito este detrás de todo esto.