capitulo 36

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capitulo 36

El vestido de seda y satín color jade se hacía a su cuerpo como un guante, marcando con cadenciosa sensualidad cada curva de su cuerpo, las medidas exactas de su busto retratadas en un escote alto y recto que en el borde y los costados estaba bordado en pasamanería cobre brillante. La misma pasamanería dividía la falta desde los costados el corpiño hasta el suelo. La capa superior, de igual color aunque bordada en hilo cobrizo que emulaba hojas de otoño brillaba cada vez que su cuerpo se movía, brindándole una apariencia realmente etérea. La misma pasamanería formaba unas muñequeras cortas aunque tremendamente elaboradas, recubiertas con pequeños diamantes al igual que el escote y la división en la falda y corpiño. Las mangas internas eran lisas y ajustadas al brazo mientras que las superiores eran holgadas y abierta por sobre los hombros para exponer las mangas inferiores. Una especie de capa de seda de cuello alto, desde el cuello a la mitad del busto adornaba el conjunto mientras ella la reacomodaba para lucir perfecta, analizándose frente al espejo. La espectacular corona de oro hábilmente detallada para formar hojas y flores resplandecía con la luz a causa de los diamantes en su estructura, que hacían brillar su cabello como si fuera seda rosa. Los pequeños pendientes de diamante en forma de lágrima brillaban de igual modo que el emblema de los Uchiha que se encontraba alrededor de su cuello. Su larga melena de rizos rosados caía libremente tras su espalda, tan perfectamente peinada que parecía una verdadera cascada.

No cesaba de arreglarse por dos cosas: primero, no quería que el pueblo, ni el consejo, ni mucho menos el ejercito la viera poco digna en una ocasión tan importante en la que su esposo seria jurado nuevamente como el Sultan y gobernante absoluto, no solo del Imperio, sino del mundo entero. Y segundo, no quería decepcionar la expectativa que Sasuke seguramente se estaría haciendo de ella mientras se arreglaba. Según lo dicho por Ino, él acababa de llegar hacia solo media hora. Casi tarde a su propia proclamación, se burló interiormente con infantil diversión.

Esta vez todo era diferente, Sasuke y ella tenían mayor experiencia y esta vez no se dirigían a un futuro calmo, sino a uno en el que enfrentarían a todos los traidores que habían intentado colocar en el trono a Sultanes sin experiencia para aprovecharse de las situaciones que pudieran surgir.

Sintió a Choji tras ella y volteo a verlo en espera de sus noticias.

-Sultana, su majestad la esta esperando—anunció el fiel eunuco viendo como ella asentía satisfecha, con los ojos bañados de ambición y planea que esta vez cumpliría sin equivocación alguna.

Shikamaru, de pie junto a ella, abrió una pequeña cajita de oro que tenía entre las manos y expuso el contenido a los ojos de la hermosa Sultana. La sortija de las Sultanas, aquella que le había arrebatado a Mito antes de ordenar su muerte, un rubí en forma de lagrima dentro de una cuna de diamantes de igual forma como marco a su alrededor. Sakura tomo la sortija y sin dilación alguna la coloco alrededor de su dedo anular, sintiéndose digna de portarla tras todo lo vivido y experimentado, cruzando sus manos sobre su vientre.

Sin más cavilaciones las puertas de la habitación le fueron abiertas e inicio su marcha hacia la terraza del palacio. Algunos considerarían poco digno un palacio tan modesto como el de la Sultana Mikoto para dicha ocasión, para proclamarse, algo que ningún Sultan había hecho para su proclamación, pero ambos lo consideraban pertinente. Sasuke y ella habían ordenado las ejecuciones inmediatas de Mei, Rin, la reclusión de Yosuke nuevamente y la ejecución de Obito a quien Sasuke justamente había visto morir, los rebeldes en el ejércitos, principalmente los cabecillas a quienes les habían reservado, o mejor dicho Sasuke, la peor de las torturas o muertes posibles.

Todo se había hecho secretamente por posibles represalias, pero ciertamente todo el Imperio lo sabía y estaba de acuerdo. Por fin todo era como debía ser. Su andar digno era silenciosamente alabado por sus doncellas, así como por Choji y Shikamaru que iban tras ella.

el siglo magnifico el sultan sasuke y la sultana sakuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora