¿Quién eres?

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Rim se encontraba haciendo el té mientras que Blas le observaba echar el agua hirviendo que previamente calentó en una tetera con estampado de flores tipo abuela en tres vasos. Cogió dos vasos y un gran repertorio de sobres de té. 

Rim: ¿Cuál te gusta? ─Preguntó tendiéndole los diferentes tipos de té, había de muchos tipos, desde infusiones frías (cola de caballo y piña, Rooibos y mango...) hasta todo tipo de los que cuanto más calientes están más buenos están, pero que si se te enfrían saben a dolor. (Té verde, infusión para dormir, jengibre, cúrcuma...). Todos los sobrecitos se encontraban perfectamente ordenados por color, formando un llamativo arcoíris.

Blas: Este ─Respondió cogiendo el de diente de león. ─Es mi favorito. Siempre que quedo con mis amigas bebo este.

Rim: ¿Sí? ¿Y te gusta jugar más con las niñas o con los niños?

Blas: No tengo cinco añitos. ─Respondió cortante. ─Pero la verdad es que estoy más cómodo jugando con las chicas. Los chicos pueden llegar a ser unos completos imbé-se retracta- bobos

Rim: -ríe- No pasa nada, puedes decir palabrotas, no soy tu padre ─cogió dos bolsitas de té, una de té verde y otra de jengibre y las hundió en el agua dónde rápidamente comenzaron a teñirla. ─Aquí puedes decir lo que quieras, no te voy a juzgar absolutamente por nada. A no ser que comas bebés. Eso sería preocupante.

Blas: -ríe- Gracias, Señor Rim.

Rim: No me digas señor, te saco, -cuenta con los dedos-  ¿cinco años? Sí, cinco.

Blas: ¿En serio?

Rim: Sep, tengo veintidós años. ¿Cuántos me echabas?

Blas: ¿Treinta y largos? 

Rim: ¡QUÉ! ─exclamó tan sorprendido que casi se le cayeron los tés perfectamente ordenados por color. 

Blas: -ríe- Creo que es porque no cuida bien su pelaje, si quiere puedo enseñarle cómo hacerlo. Mi amiga me ha enseñado cómo cuidar mi cabello, supongo que para el pelaje no será muy diferente. 

Rim: Sí... gracias...

Ambos llevaron los tés a la mesa, las tazas (que cabe recalcar que no eran las típicas tazas de la fiesta del té, sino que eran las típicas tazas de café, de esas que regalas cuando no tienes ni idea de que regalar para una celebración, tipo mejor padre del mundo o #1 amiga 4ever.) quemaban más que el tobogán de un parque infantil a mediados de agosto. Pero Rim usó su ingeniosa técnica de chamán el trapo mojado, esto era algo que se le había ocurrido para bromear con el Kirlia. En realidad era bastante sencillo, solo cogió una bayeta y la mojó en agua para usarla de manopla y no quemarse con la taza al cogerla.

Mientras tanto una gran bola de pelo rojo se encontraba secando su pelaje para salir del baño. No había escuchado la llegada de la visita ya que estaba concentrado en otras cosas. Así que una vez llegó al salón se llevó una sorpresa al ver al Kirlia sentado al lado de Rim hablando mientras tomaban té. 

Dusk: ¿Quién es él? ─Preguntó al lucario.

Blas: Igual me puedes preguntar a mí, sé hablar.

Dusk: -sacástico- discúlpeme ¿señorito...?

Blas: Blas, me llamo Blas. (Sí, así es...)

Rim: ¿Seguro? ─Ambos, que se encontraban mirándose por encima del hombro amenazadoramente, redirigieron sus miradas al encuentro de la de Rim.

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