Luz de luna nueva.

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Lo vi, lo vi todo y no pude hacer nada. Nada. Nada de nada. Solo recogí su cuerpo de debajo de la pila de troncos ardiendo. Fue ella, la vi. Estoy seguro de que fue ella, pero ¿Quién me creería? Nadie. Nadie se fía de mí, lo noto desde que llegué. Sus miradas clavándose en mí, desgarrándome por completo, queriendo reducirme a cenizas. Odio escondido detrás de una fachada de sonrisas frívolas y sin significado, llenas de hipocresía. Quiero irme de aquí, no lo soporto. 

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Dusk: ¿Se pondrá bien?

Radmila: Sí, solo son quemaduras leves, menos mal que apagaron el fuego a tiempo. Rim es duro de roer. Sin embargo ─Dijo mirando al otro delfox─, parece que su problema viene de antes de llegar aquí. ¿O me equivoco, Bel? Eso no debería haberle dejado en el estado en el que está.

Dusk: (¿Bel? ¿Ese Bel?)

Bel: Han... sido unos días duros. Sé que debería haberle hecho quedarse en casa. Pero no iba a descansar. Él necesitaba venir. Él... necesitaba verte, Dusk ─Dijo girándose a mirarle, directamente a los ojos. Dusk notó entonces unas ojeras profundas en sus pequeños ojos azules, que brillaban tenuemente en la relativa oscuridad de la habitación. Estaban inquietos, temblorosos, incluso consternados. Entonces Dusk repasó sus palabras.

Dusk: ¿A-a mí? ─Dusk no pudo evitar sentir una pequeña emoción brotar inconteniblemente en su interior. Inmediatamente se sintió culpable, no era el momento. Tenía que saber qué le había pasado a Rim en Ávalon─. ¿Qué le ha pasado? ─Preguntó fingiendo una seriedad suave.

Bel: Es mejor que te lo diga él cuando despierte. Pero, no le fuerces mucho. Se ha quedado afónico por..., eso no importa. Debería ser capaz de hablar cuando despierte. Él necesita decírtelo. Sé compresivo con él, por favor. No te conozco, pero si Rim te quiere tanto debes de ser alguien digno de confianza. Cuídale por mí.

Dusk: Por supuesto, déjamelo a mí ─Dusk no supo por qué, pero abrazó a Bel, le pareció que lo necesitaba. Y así fue, se desmoronó por completo, comenzó a llorar desconsoladamente. Dusk le abrazó aún más fuerte y Bel por su parte hizo lo mismo. Solo sollozaba, a penas se le escuchaba. Dusk podía sentir toda su angustia reprimida durante tanto tiempo. Estuvieron así un buen rato, hasta que por fin Bel se calmó.

Bel: perdón, perdí la compostura.

Dusk: Está bien, no pasa nada. Todos necesitamos un hombro sobre el que llorar de vez en cuando.

Bel: Muchas gracias, Dusk.

Radmila: Perdonad que os interrumpa, pero mientras vosotros... ─se aclaró la garganta─ le he cambiado los vendajes y aplicado una pomada a Rim. Ya te lo puedes llevar, Dusk. Puedes dormir aquí el tiempo que lo necesites, Bel. Como en los viejos tiempos. Además, me tienes que contar que ha pasado.

Bel: Está bien, pero, ¿Seguro que quieres saberlo? No es bonito de oír...

Radmila: Es mi deber como chamán. ─El Delfox le dio una bolsa de cuero con varias cosas dentro a Dusk─. Son vendajes, pomadas y... Rim sabrá usarlo. Gasta mucho cuidado con él, está débil.

Dusk: No tenías ni que decírmelo ─Dusk se colgó la bolsa y cogió delicadamente a Rim. No pudo evitar fijarse en su cara tan calmada y tierna. Quería besarla, pero se contuvo─. Buenas noches y muchas gracias.

Radmila: Buenas noches.

Bel: Buenas noches, Dusk. ─Dusk se fue y ambos se quedaron solos.

Radmila: ¿Qué coño ha pasado? ¿Qué puede haber hecho que ÉL esté así? ─Preguntó claramente afectado.

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