☆Capitulo 23 - El vacío de las estrellas

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La sensación de estar flotando como una hoja llevada por el viento era tranquilizadora, de hecho era la única sensación que podía percibir, sin embargo los tormentosos recuerdos de las últimas horas caían uno a uno en su cabeza, haciendo que abriera los ojos de golpe.

El miedo se apoderó de la princesa de fuego al verse rodeada de oscuridad absoluta, oscuridad en todas direcciones, ni siquiera su luz propia podía iluminar un centímetro más allá, trató de decir algo pero no hubo sonido alguno, el silencio era aterrador.
No sabía cuánto tiempo pasó así, hasta que un destello interrumpió la abrumante oscuridad, una pequeña luz a lo lejos que llamó su atención, una lucecita titilante que de un momento a otro se expandió hasta convertirse en una inmensa bola azúl de fuego que iluminó todo a su alrededor.

No tardó mucho en darse cuenta de que la estrella se hacía cada vez más grande, pero ese solo era el efecto visual que provocaba el estar siendo atraída hacía ella, lo notó cuándo rocas pasaban a su lado viajando presurosas hacía el monstruo de gas y plasma, lo siguiente que experimentó fué la ruptura del silencio abismal, este fué reemplazado por un sonido grave de rafagas de aire causado por la velocidad con la que la estrella atraía todo lo qie hubiese a su alrededor, lista para devorarlos.

Lo siguiente y más desconcertante que tuvo que ver la princesa fué al darse la vuelta para Intentar ir en dirección contraria, miles de cuerpos en pedazos de diferentes criaturas flotaban con ella hacía la estrella, como en una terrorífica caravana, claro, no había podido verlos por la oscuridad que dominaba el lugar, rogó inmediatamente que Finn no se encontrara entre esa multitud de cadáveres, lo buscó con la mirada pero no lo halló, tan pronto eliminó esa preocupación volvió a su problema principal, estaba a punto de ser tragada por la inimaginable y descomunal bola de energía, y aunque ella también era fuego, muy seguramente no quedaría nada de ella si entraba a ese monstruo.

Pensó en que sería el fin, hasta que algo más llamó su atención, una casa que parecía más de muñecas tamaño real se veía flotando a lo lejos, parecía ser la única cosa que no era atraída hacía la estrella ya que cada vez se veía más lejana, era su única salvación; Tuvo que usar los cadaveres para moverse como ai fueran una escalera hacía la única oportunidad que tenía, desafortunadamente no había los suficientes como para llegar, y mientras contemplaba la casa alejarse sintió como una especie de cuerda envolvía su cuello desde atrás, volteó a ver, poniendo resistencia para impedir que aquello la jalara devuelta hacia dónde se encontraba antes, encontrándose con una monstruosa araña herida que le faltaban algunas de sus patas y al igual que ella también trataba de huir de la inevitable muerte.

La fuerza ejercida en direcciones opuestas terminó por ceder, atrayendo a la chica y a la araña hacía un mismo punto, Phoebe sin dudarlo golpeó a la bestia tan pronto chocó con ella, la araña trató de morderla y envolverla en su telaraña en varías ocasiones, pero debido a que la princesa era fuego no tardaba mucho en derretir aquella tela, sin embargo Phoebe también se dió cuenta de que no podía lanzar su fuego de ninguna forma, ni propagarlo, nisiquiera hacerse intangible, talvez se debía a que estaba en el espacio.

No podía perder su tiempo pelando con el animal, la casa cada vez se alejaba más, pero sus puños no eran suficientes como para vencerla, sin tan solo pudiera envolverla entre sus llamas... Pero para su conveniencia una gran roca que venía en esa dirección golpeó a la araña, provocando un crugido en la cabeza de la bestia, dejándola inconsciente o acabando con ella, eso no importaba en aquél momento.

Phoebe_ (Uff... Glob no me ha abandonado).

Pensó, aunque se retractó inmediatamente al percatarse que esa roca solo era la primera de muchas que viajaban a toda velocidad, haciendo explotar en pedazos cualquier cadaver con el que chocaban, si una de esas cosas la tocaba le daría un viaje Express hasta la estrella.

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