Eres capaz

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Me despierto, son las ocho de la mañana, y voy a llegar tarde, como mis padres no están en casa para reñirme, me quedo en pijama y decido no ir hasta después del recreo. En un intento cruzo el estrecho pasillo que hay entre mi piso y el de Pablo, y tras llamar tres veces, aparece su madre.
-Hola, perdón María, venía a ver si Pablo estaba despierto para ir a tomar algo por el centro y desayunar.
María, como siempre muy amable, me contesta:
-Claro, en media hora estará listo, lo voy a ir a despertar, que hoy no tenía clases.
Al cabo de 15 minutos oigo desde la ducha el timbre, no se quien es, hasta que llama cinco veces seguidas con repetidas pausas de distintos periodos de tiempo, por lo que se que es Pablo, que va a coger las llaves que tiene de mi casa, entrará y se sentará en cualquier banqueta de la cocina. Cuando ya estoy lista, voy hacia él y después de saludarnos, cojo mis llaves y nos vamos a la mejor cafetería del mundo donde solíamos pasar nuestras tardes.
-Y...¿A que se debe esta repentina comida matutina?
-Me he despertado tarde por lo que he decidido latar y saltarme las dos primeras clases, e ir cuando termine el recreo. A si que... como no había desayunado...y tu tampoco...BOOM. Se me vino la idea a la cabeza.- Contesté a su pregunta.
-Pues deberías ponerle pilas nuevas al despertador...o no, hace mucho que no salíamos así en día de semana.
-¡Así que fuiste tú!
-No...para eso tendría que tener unas llaves de tu casa y entrar cuando sé que estás con tus amigas comiendo...¿No sería un plan muy complicado y retorcido?
-Si...yo diría que sí, pero eres Pablo. Eres el Pablo que conozco desde hace mucho tiempo, así que yo diría que eres capaz.-Dije subiendo el tono a medida que avanza la frase. Después de unas cuantas risas y conversaciones de besugo, cogimos el bus hasta mi instituto donde me despedí de Pablo que insistió en acompañarme hasta clase, para ver cuanto habían cambiado desde que el estaba en la misma que yo.
Cuando llegamos a clase todas las chicas nos miraban, por lo que miré a Pablo, que estaba saludando a todas las chicas y le puse los ojos en blanco, o lo más en blanco que los sé poner, porque no se me da bien.
Nada más sentarme me tiraron un barquito de papel, uno que tuve que desdoblar hasta que se convirtió en una notita, "Eiiiii tiaaa, donde fuiste? fuiste con ese? quien es?" Mis amigas no saben todas lo de Pablo, lo sabe María mi mejor amiga, Patricia y Cecilia, pero nadie más, bueno...Ahora también mi "profe". Le escribí de vuelta, "Naa es q me desperté tarde porque el chico al que viste, que es mi vecino, me quitó las pilas del despertador para que fuese a desayunar con él como solíamos hacer." Un poco largo para ser una notita, pero al acabar lo empecé a doblar para hacer un barquito, no se como, el profesor me vio y me quitó la nota, cuando la leyó, me pidió que me quedase después de clase, miré a Sara y nos reímos por lo bajo.
Al acabar las clases me quedé el tiempo que me había puesto el profesor de lengua anteriormente por escribir notitas en clase. Y nada más salir del castigo me encontré a mi "profe".
-Has pensado...lo que te dije ayer...estaba pensando en pasarlo para este viernes...Y así no tienes todo el verano para buscar la manera amable de decirme que no.-Los dos nos reímos y me dispuse a contestarle.
-Lo siento, es que ayer recibí una nota de un amigo para quedar este viernes y...-No pude decir ni una palabra más, lo que acababa de ver detrás de mi "profe" me había dejado sin habla.

Mientras me digas te quiero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora