Cuando llego a la puerta de la habitación en la que está Mateo y lo veo ahí tumbado en la cama con todos los cables, me derrumbo, empiezo a llorar y la enfermera que me trajo hasta aquí en silla de ruedas me dice.
-Te espero fuera.
Me acerco a Mateo, poco a poco, como si fuese algo peligroso, algo que pudiese tocar y herir.
-Hola...- Le digo entre sollozos. -¿Cómo nos ha pasado esto? Por favor, no me dejes, no nos dejes ni a María, ni a Pablo ni a mi.
Todos te queremos demasiado para perderte. -Le cojo la mano y me quedo dormida llorando sobre la camilla.Me despierto en mi habitación con María y mis padres hablando con una enfermera.
-Si podría irse ya...Que haga vida normal pero con la silla, cosa que será un poco complicada.
Me incorporo y le digo a María si me ayuda con la silla. La pierna ya no me duele, pero dicen que es por precaución.
-¡Nos vamos a casa! -Me dice.
-He ido a ver a Mateo... -le contesto.
-Aiss...¿Qué tal está? -Se me forma un nudo en la garganta que María parece notar, por lo que no pregunta más y me dice.- Tengo un montón de cosas más para hacer manualidades. Y tengo un pequeño regalito. -Me da un paquetito envuelto por ella, o al menos eso creo, pues no se le da muy bien la cosa. Lo abro y veo una caja de mr wonderfull con espuma sujetando siete pintauñas, siete colores preciosos, en una caja decorada por ella. Tiene muchísimas cosas para hacerse la manicura, pedicura, etc. Lima, separador, gel...
-¡gracias! -Le respondo abrazandole.
-Mi tontita. -me dice cogiendo la silla.
Llego a mi casa donde María y yo empezamos a hacer la manualidad planeada durante el camino.
Cogemos el álbum y vamos al ordenador. María también coge su portatil y buscamos fotos en las que salgamos los tres, dos o uno de nuestro grupo, con Mateo. Yo encuentro 567 fotos en las que salga él. Ella tiene 732.
-Son unas cuantas... -Dice.
-¿Empezamos quitando las borrosas?
-Si...menos la de la fiesta de la capi a la que fuimos los cuatro.
-Fue genial ese día, cuando nos había invitado su casa.
-Si...
-Venga. Esa la ponemos. -Llamamos a Pablo y él tambien trajo sus fotos 398. Los tres juntos nos pusimos a escoger. Sin borrosas. Nos quedábamos en...599, fuimos eliminando en las que fue un día triste y cosas así.
489.-¿Y si las ponemos por orden cronológico? -Propuso Pablo.
-¡Vale!- Le respodimos las dos.
Y fuimos cogiendo, la primera fue del día en que nos conocimos...Un día que nunca se nos olvidará. Y la última... La última fue unos días antes del baile...
-¡Bien! Ya son menos...¿Cuántas hay Flavia? -Me dice Pablo.
-Son...
-78 -Responde María por mi.
-¿26 cada uno? -Digo.
-Que rápida. Venga. -Me dice Pablo.
Cogemos el álbum al que le hemos puesto pegatinas de todo tipo, y empezamos a pegar todas las fotos y poner el día de esta. Con algunas fue dificil, pero todos los días divertidos se recuerdan con facilidad.
Tardamos 3 horas en pegar y decorar, más las 2 horas anteriores, se nos había pasado la hora de comer, y era casi la hora de cenar. Las 8.
Como mis padres se han ido a cenar a casa de Pablo para dejarnos espacio, aunque por lo visto no mucho, le digo a María si me pasa el móvil, que sigue con todos los WhatsApps.
-¿Pizza? -Propone Pablo.
María asiente y yo llamo. A las diez nuestra pizza está en casa y llevamos un rato comiendo.
Me espera una cosa horrible, dormir, llorar y recordar a Mi príncipe, que no se si volveré a ver despierto.