El despertador sonó como siempre a las siete y media, desayuné, me di una ducha rápida, me vestí, y a las ocho cuando estoy a punto de salir de casa, oigo el timbre. Cuando abro veo que es Mateo y le invito a pasar mientras yo voy a coger mi mochila. Como siempre muy amable se ofrece a llevármela, le digo que no hace falta y seguimos nuestro camino.
El día pasa más despacio que nunca, y cuando suena el último timbre del día, recojo todo y sin despedirme de nadie, cojo el metro hasta la parada más cercana a mi casa. Subo las escaleras prácticamente corriendo y lanzo la mochila al sofá. Corro a lavarme el pelo y a ponerme el mini vestido por el que acabé decidiéndome la noche anterior. Ya son las cinco. Todavía tengo una hora y media. Me pongo un poco de rímel, muy poco, no me gusta ir maquillada, y brillo en los labios. Las cinco y media. Busco mi peine por toda la casa, y al final le acabo preguntando a mi madre, que como siempre, sabe donde está. Las seis. Voy al baño y me peino. Pelo suelto pero sin raya, como siempre. Las seis y cuarto. Super nerviosa miro el reloj y me quedo paralizada pensando que más tenía que hacer. Seis y veinte. Preparo el bolso: peine, rímel, desmaquillante, movil, batería portátil... Creo que no me falta nada más. Seis y media. Muy puntual Mateo llama a la puerta. Le grito a mi madre que abra y que le diga que casi estoy. Busco en mi armario. No se que zapatos ponerme. Mierda. ¡¿Y ahora que hago?!
-¡¡¡Mamá!!! Por favor ven.-al cabo de un minuto mi madre está ayudándome a escoger.
-Estos-me dice por quinta vez. Suspiro y le digo que no.- Pues entonces estos.- Dice muy segura.
-¡Vale! Genial.-Me los pongo y voy al salón donde me espera Mateo. Cuando le veo me quedo sin habla. Lleva una camiseta negra y unos vaqueros oscuros, nunca le había visto tan guapo. Como siempre está sonriendo, y sus hoyuelos se marcan más a cada paso que doy hacia él. Ninguno de los dos habla hasta que al cabo de un rato dice:
-¿Preparada?- Sonrío y le meto el dedo en el hoyuelo. Cuando ya estamos fuera del edificio le digo:
-Y...¿A dónde me llevas?-Esta vez sonríe él, me coge de la mano, y empieza a caminar. Al cabo de veinte minutos hablando y riendo, se detiene delante de un cine antiguo. Cuando entramos le dice algo a una chica y esta hace una llamada, antes de acompañarnos a una sala vacía. Mateo me deja sola y vuelve con un bote de palomitas y dos refrescos.
-Cocacola zero me parece ¿no?-Asiento y le pregunto como ha conseguido una sala vacía.-La tía de Pablo que acaba de tener un bebé, es dueña del cine, solo le tengo que hacer algunos días de canguro. Y después de decirle que película quería, me dijo que día estaría todo listo.
-¿Qué película escogiste?
-Mmm...-Se apagan las luces y Mateo me susurra, "piensa en tu película favorita".
-¡¿Enserio?!-Le grité. Pero no hizo falta respuesta porque Amanecer 2 estaba empezando. Estuve toda la peli agradeciéndoselo. Cuando no me daba cuenta, me cogía la mano...del hombro...y entonces, después de la última escena en la que Bella saca de si su escudo, comienza a sonar la canción. Mi canción. La canción favorita de todas las fans de crepúsculo. Comienzo a cantarla en bajito, y a medida que avanza Mateo se me une, yo no soy muy buena cantando pero, los dos admitimos que es mejor que él se dedique al atletismo, que siga como hasta ahora, que le va mejor.
"One step closer"
Al acabar la peli, me lleva a un karaoke, y nos pasamos la noche cantando. Fue la mejor noche de mi vida. Canté muchas de las canciones que me encanta cantar/gritar con mi mejor amiga, haciendo el tonto y enviando audios. Al final de la noche me caen lágrimas de todo lo que me estoy riendo. Cuando el bar cierra que serían las 2.00 AM, en vez de rogarle que me lleve a casa para que no me caiga una bronca le digo que me lleve a algún sitio más, y eso hace. Pide un taxi y me lleva a un campo abierto, muy grande, en el trayecto, llamo a mis padres para decirles que estoy bien, que estoy en casa de Cecilia, que me llevó Mateo hasta allí, y que ya me quedo hasta mañana. Luego llamo a Cecilia y a sus padres para que me cubran, y muy amables aceptan.Mateo saca una manta de la mochila que se trajo a la cita, y nos tumbamos antes de empezar a perseguirnos gritando y mojándonos con una botella de agua. A pesar de que me encanta estar con mi "profe" me alegro de haberle dicho que no y estar ahora con Mateo. Acabo muerta tumbada en la manta, y cuando Mateo se pone a mi lado me subo encima y le tiro el agua, empapándole.
-¡¡Gané!!-Grito y me vuelvo a tumbar en la cómoda manta. Esta vez se me pone encima él, y después de vaciarme dos botellas en la cara, y de que yo le haya reventado los tímpanos, me da el mejor beso que me han dado hasta ahora.
Lo siguiente que recuerdo es que Mateo me está llevando en brazos hasta casa de Cecilia, cuando me deja en la cama de invitados, creo que le susurré que se quedara, pero o me lo imaginé, o no me hizo caso.Al día siguiente me despertaron los gritos de Cecilia.
-¡¡¡¡Despierta!!!! Tienes que contármelo todo.
-¿Que hora es? Tengo sueño.
-Las dos dormilona.
-Aisss...Calla.
-Normal que tengas sueño, ¡Llegaste a las siete! Por cierto te está llamando Mateo al móvil. - Di un salto y le dije que me diese mi móvil.