La historia de Flavia

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-¿Vas a decir algo?-Me dice María riéndose, con lágrimas en la cara. Había pasado un rato y no había dicho nada. No soy buena con las palabras y menos si la gente me escucha.

-No...con vosotros delante no.

-¿Quieres que salgamos? -Dijo Pablo medio riéndose.

-No...voy a venir más días...

-Flavia...Nos vamos a Cambrils ¿Te acuerdas? -Enseguida se me acelera el corazón, no puedo ir, no puedo ir, no puedo ir, no puedo ir. Respiro. Tengo que ir.

-Voy a salir un momento-Digo con un nudo en la garganta que me corta la voz. Pensaba montarsela a mis padres y enfadarme con todo el mundo. Pero colgué el teléfono con el que llamaba a mis padres y me tranquilicé.

Decidí bajar a por la muleta y tranquilizarme por el camino, pero acabé en un pasillo con tubos llenos de sangre llorando. La gente que pasaba por allí no me veía, y menos el dolor que reflejaba todo mi cuerpo, por lo que estuve allí hasta que me quedé dormida.

Despierto en mi habitación, y aunque no me acordé de repente, me voy acordando de todo.

-Flavia...tenemos que ir a cambrils allí te vas a relajar de todo esto, Mateo está bien.

-Pero es normal que estes agobiada, un amigo tuyo está en coma en el hospital, así que tu decides, o estar allí una semana, o estar las dos que teníamos planeadas. -Me dice mi madre después de María.

-Quiero ir una semana y media.

-Tu siempre llevando la contraria- Se ríe María.

-Vale pues nos vamos dentro de nada, así que vete preparando la maleta.

-Quiero irme dentro de dos días

-...claro- Me dice mi madre.

-¿Puedo ir a ver a Patri?

-tienes que...-empezó mi madre.-Vale..supongo que si.

-¿Puedo ir con la muleta?

-Ya no cuela... corre y prepárate.

María me ayuda a sentarme en la silla y luego sigo yo hasta el baño, donde me aseo y visto.

-María, ¿Tú te vienes?

-No...lo siento he quedado con Pablo.

-Vale.

Salgo de casa y cojo el primer taxi que puedo. Cuando ya estoy en casa de Patricia, veo que en la ventana de su cuarto hay dos personas, y decido no molestar, así que me dirijo hacia la cafetería para tomar algo. Pero cuando estoy girando torpemente con la silla oigo gritar a Patri mi nombre y a su pareja bajando corriendo las escaleras de la entrada.

-Hola Na. Ya vengo luego tranquilos, os dejo que os veía muy ocupados. -Digo guiñandole un ojo.

-Calla anda. ¿Cómo te arreglas con eso?

-Con lo torpe que soy no voy a durar. -le digo riéndome.

-lo se - Me dice tambien riéndose.
-Aiss, esto de bajar corriendo las escaleras me mata.

-Pero si no has corrido nada - Dice Na dándole un beso.

-Pero si casi llego como tú. -Dice haciendo como que se enfada.

Se me escapa la risa y les digo que era inevitable, por lo que Na me responde que Patri es casi tan lenta como yo con la silla. Y así fue como acabamos en un lugar apartado que no había visto nunca, echando una carrera entre patri y yo.

-Vas a perder -le digo. Me saca la lengua y entonces dice Na:

-1...2...y...¡3! -Patri sale corriendo y yo, lentamente empujo la silla. Na coge a Patri por la cintura e impide que siga corriendo, y esta en vez de picarse como suele hacer le da un beso.

Volvemos muertos de risa a casa, pero en el viaje de vuelta me doy cuenta de lo mucho que echo de menos a Mateo, es imposible que se quede así.

No puedo llorar, no voy a llorar, venga..., ahora no..., no delante de ellos, ¡!

-Flavia...- Me dice patri abrazándome.

-Estoy bien en serio...

-Ei, Fla, que no va a pasar nada ¿vale?

-Si que pasa...fue todo por mi culpa...-Digo ya perdida de lágrimas. Patri se pone a llorar conmigo, y Na nos abraza a las dos.

-No digas chorradas-Me dice Patri.

-Tengo que ir a ver a un amigo - le digo a Na, y este me lleva a mi casa. Donde cojo el móvil y le escribo.

"Tenemos que vernos"

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⏰ Última actualización: Oct 24, 2015 ⏰

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