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Y te elegiría; en cien vidas, en cien mundos, en cualquier versión de la realidad, te encontraría y te elegiría

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Y te elegiría; en cien vidas, en cien mundos, en cualquier versión de la realidad, te encontraría y te elegiría.

el caos de las estrellas 

━━ ۵ ━━

EL SONIDO DE los pasos de Alice resonaba en el suelo de tierra mientras buscaba la atención de su amigo. Aprovechando el breve momento en que Oikawa se había ausentado en los vestuarios, se acercó sigilosamente a Iwaizumi, quien estaba fuera esperando con ella. Alice miró nerviosa hacia la puerta por si veía venir a Oikawa. 

—Iwaizumi, ¿puedo hablarte de algo, por favor? Solo serán cinco minutos. —Abrió la boca para empezar a hablar, pero no sabía por dónde empezar—. Es acerca de Tooru. 

Iwaizumi asintió suavemente, transmitiéndole su disposición para escucharla. Detectó la inquietud en los ojos de la chica y no quiso darle menos importancia al asunto.

—¿Sabes si le pasa algo? —preguntó Alice, entrelazando y desenredando sus dedos con nerviosismo—. A veces le noto, no sé... la mirada un poco diferente. Le cambian los ojos y se me queda mirando distraídamente, como si estuviera mirando a través de mí. Creo que hay algo que lo preocupa.

Iwaizumi se quedó pensativo, pasándose una mano por el pelo. Sus ojos se desviaron hacia el suelo por un instante antes de volver a centrarse en Alice. No había notado nada fuera de lo habitual, excepto tal vez por el hecho de que ahora sonreía más genuinamente.

—No estoy seguro. Últimamente no ha compartido mucho conmigo. ¿Has intentado hablar con él?

Alice suspiró y sus hombros cayeron un poco.

—Sí, lo he intentado, pero siempre parece evadir el tema. Nunca me da una respuesta, y me preocupa que pueda estar pasándole algo, o que quizás haya alguna cosa que le cueste decirme. Cuando parece que está a punto de contármelo, se retracta. No es propio de él.

Iwaizumi apretó los labios en una fina línea; su expresión se volvió más seria. La idea de que Oikawa todavía no le hubiera comentado a Alice sus planes de irse a Argentina lo golpeó al momento. Aun así, no le correspondía a él decírselo. Buscó brindarle a Alice un consejo útil sin revelar más de lo necesario, pero no se le ocurrió gran cosa. 

—Oikawa puede llegar a ser muy obstinado, pero si esto te preocupa, lo entenderá.

Alice tomó nota mentalmente de las palabras de Iwaizumi. Él le ofreció una reconfortante sonrisa.

—Muchas gracias, Iwaizumi. Voy a seguir intentándolo. 

Los días que pasaron después de aquella conversación estuvieron llenos de tranquilidad, aunque también de incertidumbre. Oikawa seguía mostrándose huidizo, ocultando sus pensamientos detrás de una sonrisa enigmática que Alice no llegaba a interpretar. Se sumergía en intensos entrenamientos para olvidar sus preocupaciones, hasta que llegó la tarde en que todo cambió. 

El silencio entre nosotros || Tooru OikawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora