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Al fin obtuve lo que quería

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Al fin obtuve lo que quería. Y lo que quería me quiso a mí.

—jose urbano

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EN EL BULLICIO del centro comercial, Alice observaba con detenimiento al sobrino de Oikawa, que curioseaba con fascinación entre los productos que ofrecía cada escaparate. Aquella tarde, Oikawa se había encontrado repentinamente asumiendo la responsabilidad del cuidado de Takeru.  

Aunque Alice estaba al tanto de la existencia de la hermana mayor de Oikawa, solo la conocía a través de fotografías que decoraban los espacios de la casa de él. La sorpresa de tener a Takeru como compañía inesperada había alterado los planes originales que ella y Oikawa habían hecho, pero Alice aceptó la presencia del niño con una actitud acogedora.

—¡Tooru, quiero entrar aquí! —exclamó Takeru, señalando una tienda cercana.

—No tan alto, es de mala educación —le dijo Oikawa, y luego se dirigió a Alice—. Siento la sorpresa con Takeru. No esperaba tener que cuidarlo hoy.

—No pasa nada, no te preocupes. Me alegra poder conocer a tu sobrino.

La expresión de Oikawa se suavizó al ver la sonrisa de Alice.

—Te lo compensaré.

Consciente de la reticencia de la chica hacia las demostraciones públicas de afecto, se limitó a entrelazar su meñique con el de ella. Su mano era firme y segura, la de un hábil deportista, mientras que la de Alice estaba acostumbrada al tacto sutil de las teclas de piano.

—¿De verdad, tío Tooru? ¿Te estás poniendo así de cursi? —se burló el niño, provocando una respuesta espontánea de Oikawa.

—Takeru, ¿por qué no jugamos al juego del silencio?

—¿Ehh? Pero si estás en plan ''soy el siervo de Alice'' —replicó Takeru, provocando una pequeña risa de Alice mientras observaba la interacción entre ambos.

—¡Hey, que te calles ya!

Takeru se adentró en la sección de juegos con una actitud despreocupada, su mochila balanceándose en su espalda mientras sus manos agarraban las correas y recorría los estantes llenos de videojuegos y consolas.

—Si te parece bien, iré a por lo mío mientras miráis algo por aquí. 

Tras la propuesta de Alice, Oikawa miró a Takeru, quien ya estaba absorto en la sección de juegos, y después volvió a ella con una expresión que revelaba cierta reticencia.

—No quiero dejarte sola. Además, Takeru puede esperarte. 

Alice negó sutilmente mientras que sus dedos jugueteaban con el borde de su bolso.

El silencio entre nosotros || Tooru OikawaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora