Capítulo#24: El comienzo de una venganza.

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Dedicado a: IsabelRodrguezGonzle

-¿Qué noticia? -entrecierro los ojos.

-Oye no me mires como si hubiese incendiado una perrera -Hera ladra en respuesta y me pongo mortalmente seria.

-¡¿Incendiaste una perrera?! -pregunta Maya alarmada.

-¿Qué? ¡Claro que no! -exclama ofendido.

-Volviendo al punto -interrumpo impaciente.

-Cierto -me concede Bryan -Tampoco es algo taaaaan grave...

-¿Podrías hablar de una maldita vez?.

-El vuelo para dentro de tres días se canceló debido a una tormenta que va a ocurrir ese día -le miro fijamente, impasible.

-En los noticiarios no han dicho nada de una tormenta -me cruzo de brazos.

-Ya, bueno. Yo sólo sé que lo han cancelado y que el único vuelo que va a salir dentro de tres meses es en dos horas -suelta serio.

-¡¿Qué?! -pregunta Aracne sobresaltada.

-No entren en pánico -pido volteando los ojos.

«No creo que esas palabras hayan salido de mi boca»

-Cada cual a hacer sus maletas ahora -les miro y asienten.

Paul que se había mantenido en absoluto silencio le dedica una mirada desconfiada a Bryan mientras camina hasta la puerta principal. Justo antes de salir, se gira en mi dirección para decir con una sonrisa ladeada:

-Aún no pienso romperme una pierna -recuerdo las palabras que le dije justo antes de que Enzo encontrara a Aracne desangrándose -Así que nos vemos en el avión, encanto -se da la vuelta con su estúpida sonrisa y sale, cerrando la puerta a su espalda.

Pongo los ojos en blanco, cayendo en cuenta de que conmigo en el salón solo se encuentra Bryan, el cual al darse cuenta de mi sonrisa ladeada que derrocha maldad pone una expresión de pánico.

-Conozco esa mirada y se que no trae nada bueno consigo -incremento la sonrisa.

-Es bueno saber que me conoces -paso por su lado arrastrándolo conmigo hasta la puerta por la cual hace unos segundos de fue Paul -Tu me vas a ayudar con mi maquiavélico plan -intenta protestar y añado -Para eso están los hermanos.

-Chantaje emocional no vale -se enfurruña cual niño de 4 años.

&&

Una vez en mi auto de camino al hospital decido llamar a Adara para saber dónde está metida. Pido a Asli que marque el número que solo usa para hablar conmigo mientras suspiro. Espero y frunzo el ceño con total confusión cuando me manda al buzón. Mis cejas casi se juntan cuando la respuesta automática se reproduce: Atenea estoy en un hospital psiquiátrico en Francia, no te preocupes por mí. Si quieres dejarme algún mensaje llama a este número.
Pido a Bryan -que está tan o más desconcertado que yo -que anote el número en su teléfono justo antes de que el contestador deje un angustiante silencio.
No pierdo tiempo a la hora de llamar. Al tercer pitido una mujer con voz demasiado gruesa y un tono de voz que transmite sus ganas de querer morirse responde.

-Hospital de sanación Maison de Fous -lucho contra las inmensas ganas de reírme que surgen ante el nombre en francés del lugar, que traducido al español quiere decir: Casa de Locos.

-¿Cree que podría hablar con Adara Smith? -pregunto visualizando el hospital a unos pocos metros.

-Se encuentra en terapia grupal -escucho el sonido leve de una explosión.

Rebelde sin causaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora