Capítulo 27

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Otra semana de clases volvía a comenzar, la mayoría se encontraba en las canchas de afuera viendo la semifinal de fútbol, Sherlock se encontraba en las gradas de la afición como encargado del salón 221B y Molly estaba junto a él como encargada del salón 217B, los cuales eran los que estaban jugando.

— ¿No sientes calor? Iré por agua, por si quieres. — Habló la castaña poniéndose de pie.

— Sí, por favor. — Respondió el rizado con su mirada en el partido.

Molly llego a una carpa donde se encontraban todas las bebidas y refrigerios para los jugadores y aficionados, junto a esta se encontraba Greg y John.

— Hola Molly, ¿deseas algo? — Le preguntó Lestrade.

— Dos botellas de agua, por favor.

Greg saco las dos botellas de la hielera y se las entrego a la maestra.

— Gracias y ¿Qué hacen?

— Le comentaba a John como puede atraer a Sherlock con los cinco lenguajes del amor. — Hablo Lestrade. — Son muy buenos, no tienen que ser exactamente una pareja para usarlos, me sirvieron mucho con Mycroft, pero esta es mi experiencia, recuerda que cada Holmes es diferente.

— ¿Te soy sincero? Sigo sin entender. — Respondió el rubio.

— Son simples, John. — Siguió Molly. — Número uno. Palabras de afirmación.

— Tienes que halagarlo, sobre todo a él que tiene un gran intelecto, busca que alguien le haga cumplidos acerca de sus deducciones. — Continuo Lestrade.

— Número dos. Actos de servicio.

— Se caballeroso, ayúdalo, hazle favores, tal vez se niegue, pero se insistente.

— Número tres. Contacto físico.

— Un pequeño abrazo está bien por el momento, no lo espantes.

— Número cuatro. Tiempo de calidad.

— Invítalo a salir, solo ustedes dos.

— Y número cinco, pero no menos importante. Regalos.

— No necesariamente tiene que ser algo caro o material, obséquiale una sonrisa, un cumplido o-

— Una botella de agua. — Hablo la castaña. — Toma, dásela a Sherlock, vamos, te acompañaremos.

John sin decir más se encamino hacia donde estaba sentado el maestro de química, se sentó junto a él y le entregó la botella de agua.

— Gracias, Molly.

John sonrió por lo concentrado que se encontraba su novio en el partido, aclaro su garganta y el rizado lo volteo a ver.

— Ah, John, hola. — Le sonrió, vio que a la par del rubio estaban Molly y Greg sentados con su vista en el juego. — Gracias por el agua.

— No es nada. — Quedaron en silencio, Molly le dio un golpecito con el codo a John, para que volviera a hablar. — No sabía que te gustaba el fútbol.

— No es que me guste, solo me gusta analizar los movimientos de los jugadores y descubrir quién puede ser el ganador.

— ¿Ah sí? ¿Quiénes serán entonces?

— El equipo de Molly.

— ¿En serio? — Dijo la castaña emocionada.

— Sí, tienes a cuatro jugadores en el equipo que van a clases de fútbol los sábados, uno los toma el miércoles, en el mío solo hay uno, pero casi solo a él lo han dejado que anote por lo cual ya se está cansando, tengo pocos cambios y tú tienes cinco más que yo, tu equipo está dejando a los mejores jugadores para el segundo tiempo y poder vencer a los míos quienes estarán ya cansados, el capitán del equipo no ha notado esto así que lo más probable es que tu salón gane.

𝙈𝙖𝙚𝙨𝙩𝙧𝙤 𝙎𝙪𝙨𝙩𝙞𝙩𝙪𝙩𝙤 (Johnlock)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora