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⎯Ese chico esta coqueteando contigo descaradamente. ¡Es evidente!⎯ asegura Lia con una sonrisita de superioridad, devolviendome el móvil tras leer mis últimas conversaciones con SungHoon, que he acabado por enseñarles tras mucha insistencia por su parte ⎯¿En serio lo dudas?

⎯¿Y yo que sé?⎯ replico, poniéndome un poco a la defensiva. Noto que mis mejillas comienzan a teñirse de rojo ⎯Yo no entiendo de esas cosa, ¿bien? Nunca había tenido ocasión de ligar con un chico. Para mi es totalmente nuevo.

Ella pone los ojos en blanco.

⎯Pues no lo parece, mocoso⎯ interviene SunOo, sonriendo ⎯A tí se te veía bastante suelto con lo de meterte e  su ducha, ¿eh?

⎯Y tanto⎯ añade Lia. Enrojezco un poco más.

⎯Oye, que fue el quien empezó ⎯ digo con un hilo de voz. Después, bajo la mirada hacia el suelo antes  de decir lo que me estoy muriendo por preguntar  ⎯¿De verdad creen que quiere algo conmigo?

⎯¡Pues claro que si!⎯ asegura ella, sonriendo de oreja a oreja ⎯Que si te echa de menos, que si 《vente conmigo a la ducha》... Ese quiere algo, fijo. No sé cómo no lo ves, de verdad.

⎯Ya sabes, machote⎯ dice mi amigo con una sonrisa, dándome unas palmaditas en el hombro ⎯Este viernes follas fijo.

⎯¡Hey, SunOo! ⎯ se queja Lia, aunque al final no puede aguantarse y suelta una carcajada ⎯No seas tan bestia.

⎯¿Es de verdad o no es verdad?

⎯No⎯ replico yo, algo acalorado ⎯No es eso lo que quiero con él.

⎯Sí, ya. Cuéntame más.

⎯Bueno, a ver. No es que no quiera...pero no es lo único que quería con el⎯ admito con un hilo de voz. Su novia me observa con una media sonrisa.

⎯A tí te gusta, ¿a que sí?⎯ Asiento con la cabeza, un tanto cohibido y su sonrisa se ensancha. ⎯Sabes que ese chico tiene muchísima suerte al haberte encontrado, ¿verdad?

Si, claro, ¿quién no quería un novio tarado que rata vez es capaz de pasar más de veincuatros horas sin automutilarse? Soy patético.

⎯Si tú lo dices...

⎯Lo digo en serio. Eres un chico realmente lindo y genial. Si tan solo fueras hetero...

⎯¡Oye!⎯ se queja SunOo, y ella se ríe.

⎯Que es broma, tonto⎯ dice Lia, y lo besa en los labios. Yo aparto mi mirada y reprimo una mueca, ojalá pudiera hacer yo eso en este pueblo de mierda sin tener que avergonzarme.

Pero no puedo.

De repente, la burbuja de felicidad que he sentido en el pecho durante toda la conversación explota con un estallido ensordecedor. Miro a mi alrededor, y me sorprende que nadie más lo haya oído. SunOo y su novia están besándose, abenos a lo que sucede dentro de mi.
He sido el único en oír el estallido de la burbuja. Puede que me encuentre rodeado de gente  pero estoy solo, por mucho que me digan que no.

Aquí nunca podré ser yo mismo. No mientras siga siendo diferente. No veo el momento de llegar a casa.

[***]

Me encierro en mi habitación y meto la mano bajo el colchón, respirando entrecortadamente después de haber hecho el camino casi corriendo. Mi mano se topa con el cuaderno, pero lo que busco es otra cosa, las cuchillas.

Tibuteo durante unos segundos antes de sacarlas de sh escondites pero decido que lo mejor es no pararme a pensarlo y simplemente hacerlo. Aferro firmemente una de las cuchillas, me encierro en el cuarto de baño y conecto el iPod al altavoz. La música suena atinada, pero no es capaz de acallar los gritos en el interior de mi cabeza.

El pueblo.

Todo se reduce a este punto pueblo. Ojalá pudiera salir de aquí. Ojalá pudiera largarme de una vez por todas. Huir para no volver, marcharme muy lejos, sin mirar atrás. Dejar de aguantar toda esta mierda. Ojalá pudiera olvidar que este lugar ha existido siquiera.

Pero no puedo.

Presiono la cuchilla sobre el brazo y respiro hondo antes se cortar, sin preocuparme siquiera por hacerlo en un sitio meno visible. A estas alturas ya me da igual quien pueda verlo. Me corto.

Solo han pasado cuatro días desde la última vez, pero cuando fluye la sangre como si se abriera por fin una puerta que llevaba mucho tiempo tratando de derribar.

Quiero gritar, quiero llorar, pero se que no servirá de nada. Nadie podría oirme por mucho que lo hiciera. Nadie podría salvarme. Probablemente, nadie querría siquiera salvarme.

Cuando me corto, el dolor de la herida me hace olvidar el dolor de ser yo, de vivir siendo alguien que no he elegido.

Cierro los ojos tratando de relajarme pero el móvil vuelve a sonar. Entonces suena otra vez. Y otra más. Y otra. Estoy a punto de levantarme, molesto, pero entonces el móvil deja de sonar y se queda en silencio, así que pongo el tapón en la bañera y comienzo a llenarla de agua caliente.

Trato de no pensar en lo que podría hacer con la bañera, la cuchilla y el agua caliente. Las posibilidades serían demasiado atrayentes.

En lugar de ello, me recuesto para relajarme, tratando de apartar esos pensamientos de la cabeza, de ignorar el dolor agudo de los cortes, y también el de mi corazón. Pero apenas pasan un par de minutos en silencio cuando el móvil vuelve a sonar. Resignado, quito el tapón y comienzo a lavarme la sangre apresuradamente para salir de la bañera.

Al mirar la  pantalla, todavía medio mojado, me encuentro con que los mensajes eran de SungHoon.

Hola
😥
Estas?
Bueno, solo quería hablar contigo un rato.
Te echo de menos.
Supuesto que  estarás dormido ya...
Me voy yo también a la cama.
Buenas noches.
O buenos días.

Ocho mensajes esperando ser respondidos y obviamente me apresuro a ello, esperando encontrarlo todavía despierto.

¡Perdona!
Estaba en la ducha y
no había oído el móvil
Acabo de salir.

Espero un par de minutos, pero no contesta. Tras diez minutos comprendo que lo mad probable es que ya se haya dormido o que tenga el móvil apagado. Em serio, ¿por qué tengo tan mala suerte? Vuelvo a escribirle

Supongo que ya estarás dormido.
¡Buenas noches!
O buenos dias.

A pesar del dolor que siento en el brazo y la pierna, no puedo evitar sonreír como un idiota al pensar que va a encontrarse con mis mensajes cuando despierte. Entonces recuerdo por qué he logrado pasar más de tres días sin tener que cortarme. Ya jo es tan necesario como antes. Después de todo gracias a SungHoon ya no duele tanto ser yo.
La quemazón de los cortes, en cambio, si que duele.

A veces, sin embargo ni siquiera tenerlo a el otro lado de la pantalla es suficiente.

𝑺𝑯𝑨𝑫𝑶𝑾⁰¹ 𝑱𝑨𝑲𝑬𝑯𝑶𝑶𝑵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora