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No puedo evitar sentirme un tanto avergonzado mientras camino el martes en dirección del centro deportivo. No se que me da más vergüenza, haber estropeado la tarde del sábado o haberme cortado después. En cualquier caso, se que no debería haber hecho ninguna de las dos cosas.

Aunque hemos seguido hablando con normalidad desde el sábado, una parte de mi casi espera que SungHoon no esté en las escaleras cuando llegue, que se haya cansado, que se haya dado cuenta de que no puede arreglarme, de que estoy demasiado roto por dentro, de que no merece la pena seguir perdiendo el tiempo conmigo, con todos los chicos normales que hay.

Pero si que está.

⎯Hola⎯ dice cuando me ve, con su sonrisa de siempre. Se pone en pie y hace ademán de darme su abrazo habitual, pero entonces se detiene, y su expresión parece dudosa.

Después del otro día, no me extraña. Sin embargo, apenas una fracción de segundos después me rodea con los brazos, y estar entre ellos es casi como volver a respirar después de pasar horas bajo el agua.

⎯Gracias⎯ digo en voz baja, aunque no se muy bien por que lo hago exactamente.

El no responde, sino que se limita a abrazarme con más fuerza, como si temiera que fuera a caer al suelo hecho pedazos si me suelta. Por supuesto, no boy a quejar.e, así que me dejo llevar y disfruto de la sensación, del calor de su cuerpo y de su familiar aroma. Quiero que esté momento nunca acabe, pero no nos queda otra que separarnos y entrar en el edificio para ir a taekwondo.

Una vez terminado el entrenamiento, me apresuro a vestirme después de ducharme para que SungHoon no vea el corte del sábado. Me mira con extrañeza cuando se viste, y no se si es por mi actitud, porque se imagina lo que he hecho. Sin embargo, cuando me ve mirándolo sonrie con la misma calidez de siempre. Una calidez que poco a poco a desterrando todo el frío que siento en el cuerpo.

Pero no puedo quitarme de encima la sensación de que se ha dado cuenta de algo, de que sabe lo que ha pasado.
Mientras camino hacia la puerta del vestuario miro hacia atrás, hacia el, y entonces noto un color y algo húmedo en el pecho. Vuelvo a dirigir la mirada hacia delante y veo a un chico rubio de unos catorce años en ma puerta, con una botella abierta en la mano cuyo contenido acaba de derramarse encima.

⎯Perdona, bro⎯ se disculpa, azorado ⎯Estaba bebiendo agua y he entrado sin mirar, y...

⎯No pasa nada⎯ le aseguro forzando una sonrisa, a pesar de que me ha empapado tanto el jersey como la camiseta.

⎯Lo siento, en serio⎯ continúa ⎯Si puedo hacer algo...

⎯No te preocupes, de verdad.

Vuelvo a dirigirme hacia los bancos y me quito la camiseta y el jersey de espalda a SungHoon, cuyos ojos noto clavados en mi espalda. Me secó el pecho con la toalla, que por suerte no está muy húmeda. Mi ropa, sin embargo, está demasiado mojada como para secarla.

⎯joder, está todo empapado.

⎯Te dejo mi jersey si quieres⎯ me ofrece MinKyun  al ver que vuelvo a ponerme la camiseta húmeda. Niego con la cabeza.

⎯No, no pasa nada. Tranquilo.

⎯No seas bobo. Como vayas con eso con el frío que hace fuera, te va a dar una pulmonía

⎯Bueno, pues puedo ir sin nada debajo del abrigo y ya está. Es bastante calentito, así que...⎯ Alza la ceja antes de contestar.

⎯Aunque eso parece el inicio de una peli porno y tengo que admitir que no me desagrada la idea, con el fruto que hace crei que eso seria aún peor que salir con la ropa mojada. Te presto el jersey y ya esta⎯ insiste, y comienza a quitárselo.⎯Así al menos podrás ponerte algo debajo del abrigo.

Entojezco ligeramente ante sus palabras, pero al final acabo cediendo y asiento con la cabeza.

⎯Bueno, esta bien.⎯ Me da el jersey de color crema y noto un escalofrío que me recorre el cuerpo al ponermelo, consciente de que SungHoon lo ha llevado puesto, de que huele a el, de que voy a poder quedarme lo hasta el próximo día. ⎯Gracias⎯ me dirige  una de sus alegres sonrisas y se encoge de hombros.

⎯No hay de qué.

⎯¿No vas a tener frío solo con eso?⎯ pregunto al ver su camiseta de Lobezno. ⎯No quiero que seas tu quien pille una pulmonía por mi culpa.

⎯No te preocupes. Mí abrigo si que es muy calentito, no como el tuyo⎯ añade, poniendoselo por encima de la camiseta  ⎯Estaré bien. Echamos a andar en dirección a la estación.

⎯¿Que harás el fin de semana?

⎯Bueno, la verdad es que no tenía nada planeado⎯ admite, encogiéndose de hombros ⎯Pero me gustaría verte.

Bajo la mirada con timidez, sonriendo.

⎯Ah ¿sí?

⎯Pues claro. El viernes no hay taekwondo porque es Navidad, y no pienso pasarme una semana entera sin verte. Si es que tu también quieres quedar.

⎯Claro que quiero.

⎯Entonces... ¿el sábado? ⎯ Pregunta con una sonrisa.

⎯El sábado ⎯ confirmo todavía  mirando hacia el suelo ⎯¿Que quieres hacer?

⎯Bueno, había pensado que si re apetece podrias venir a mi casa a ver una película o algo asi⎯ Propone, y me doy cuenta de que también ha preparado estas palabras, al igual que la última vez. Trato de reprimir una sonrisa. ⎯Mis padres no estarán, así que tendremos la casa para nosotros solos.

Enrojezco violentamente al darme cuenta de más posibles consecuencias de lo que está diciendo.

⎯Eh...

⎯¡No me refería a esto! No tenemos que hacer nada⎯ se apresura a aclarar, y el también se pone rojo como un tomate. Esta adorable, y nuevamente me veo obligado a reprimir una sonrisa al verlo así ⎯De verdad, lo siento si ha parecido que quería decir eso. No hace falta que hagamos nada, en serio, tan solo quería...

⎯Me encantaría ver una película en tu casa⎯ Aseguro, y el me responde con una de sus anchas sonrisas.

⎯¿Sí?

⎯Si.

Vuelve a sonreír, feliz, pero entonces se pone serio.

⎯Escucha, Jake, lo que pasó el otro día...⎯comienza con voz temblorosa, y traga saliva antes de continuar ⎯Aunque vayamos a mi casa, no quiero que pienses que quiero...hacer lo que no hicimos el otro día, o no que sea. Es decir, si que quiero, pero no tengo prisa, ¿vale?

Asiento con la cabeza, algo cohibido.

⎯Está bien.

⎯Solo lo decía para que no hubiera malentendidos. Quiero que vayas a mi casa para poder estar solos, pero si todavía no estás preparado... Pues no pasa nada, ¿vale? Puedo esperar.

⎯Gracias⎯ digo simplemente, sin saber que más añadir, y vuelve a dirigirme una sonrisa.

Pasan unos minutos de silencio pero, sorprendentemente, no se trata de un silencio incómodo. Muy contrario es un silencio agradable, un silencio teñido de miradas y sonrisas a escondidas. Un silencio mucho más elocuente que cualquier palabra que podamos pronunciar.

Tardamos demasiado poco en llegar a la estación, y cuando me doy cuenta ya está dándome el habitual abrazo de despedida. Odio que el tiempo junto a el pase siempre tan rápido.

⎯Te lo dije el sábado, y lo mantengo⎯ Me susurra al oído, produciendlme un agradable cosquilleo que se extiende por todo mi cuerpo ⎯Voy a encargarme de que vuelvas a estar bien. Te lo prometo.

❤❤

𝑺𝑯𝑨𝑫𝑶𝑾⁰¹ 𝑱𝑨𝑲𝑬𝑯𝑶𝑶𝑵Donde viven las historias. Descúbrelo ahora