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La relación con sus hijos no mejoró con el paso de los días. Lo más doloroso para Taehyung fue no verles más como sus cachorros, diciéndose a sí mismo que ya crecieron, y de ser "la dulce mamá", ahora solo era "un omega que no les quiso cuando nacieron". O al menos así lo veían Jimin y Yoongi. Jeongguk era distinto, siendo el único que podía llegar a sentir el dolor en los ojos de su mamá.

Taehyung agradecía que su pequeño no le tratara de forma esquiva o le dirigiera miradas acusadoras. Aun así, no podía pretender ignorar que Jeongguk fue quien llamó a seokjin, contándole todo, como si realmente Tae hubiera engañado a su alfa. Seokjin, por otra parte, aceptó que Suran fuera su amiga, pero en el fondo sabía que le hería en su orgullo. Intentaba ser más flexible, permitirle que ciertos días llegara media hora tarde si estaba con buenos ánimos, pero casi siempre debía contarle a dónde estuvo con Suran, como si quisiera asegurarse de que no hacía nada "incorrecto".

Le entristeció pensar que una omega como Suran, libre e independiente, fuera vista con malos ojos solo porque no estuviera casada con un alfa. ¿Qué había de malo en eso? ¿Cuántos malos comentarios y desprecios tuvo que sufrir por ello? Suran se mostraba siempre tan segura y tenaz, pero en su intimidad, estaba seguro de que recubió el rechazo de muchos por las decisiones que tomó.

Él lo estaba viviendo en sus propias carnes y no era nada agradable, pues parecía que los omegas siempre eran los que se equivocaban y los alfas los que llevaban razón en todo, teniendo que pedir disculpas por cada cosa que hacían.

Por otra parte, el resto notó que el ambiente en casa estaba cada vez más cargado y tenso. Las cenas se desarrollaban casi en completo silencio, ya no había más peleas ni discusiones. Taehyung le dejó bien claro a Seokjin que no quería volver a gritarse con él con los cachorros escuchando todo. Sin embargo, a la hora de dormir, seokjin podía notar perfectamente las feromonas de tristeza que rodeaban a Taehyung, provocando que su relación sexual se resintiera. El omega supo controlarse para no echarse a llorar mientras preparaba la cena o limpiaba la casa, su estado de ánimo lo percibían todos, y llegó un punto en que Seokjin tuvo que tomar cartas en el asunto.

Una tarde en la que Tae quedó con Suran, el alfa lo aprovechó para tener una charla con sus cachorros.

Pasó por el cuarto de Jeongguk, quien tenía la puerta entreabierta, viendo que estaba en el escritorio, haciendo deberes o estudiando, muy concentrado. No quiso interrumpirle, y se dirigió a la otra habitación, entrando sin llamar y encontrando a Jimin jugando con la consola y a Yoongi leyendo sus mangas en la litera de arriba.

Nunca se le dio muy bien tratar con sus hijos, eso siempre fue tarea de Taehyung, pero dadas las circunstancias, no le quedaba más remedio.

-Chicos... Tengo que hablar con ustedes -dijo, consiguiendo que ambos le miraran, interrogantes.

Jimin pausó el juego y Yoongi levantó la cabeza, extrañados de que su papá quisiera hablar con ellos.

-Escuchen, su mamá ha estado triste desde que peleamos el otro día - empezó, sintiéndose torpe con sus propias palabras -. Estamos intentando tener otro hijo, pero es imposible si se la pasa deprimido todo el tiempo. Hagan un esfuerzo y trátenlo con cariño.

-¿Por qué? -exigió saber Jimin, enfurruñado.

-Porque es su madre-contestó Seokjin, sin poder creer que Jimin le estuviera preguntando eso.

-Tú mismo dijiste que no nos quiso cuando nacimos -reprochó Yoongi, dolido.

-Eso fue... vaciló unos segundos, arrepintiéndose por haber hablado de más y buscando una justificación para  ello—. Muchas mamás sufren depresión cuando nacen sus primeros cachorros. Fue difícil, pero buscamos soluciones. Taehyung los ama, y será así siempre. No pongan nunca en duda eso.

FOUR SEASONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora