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Advertencias: drama y angst.

Jeongguk no estaba estudiando nada. En pocas horas tenía examen de historia y literatura, pero los libros seguían en su mochila, sin abrir. Jeongguk estaba harto de la escuela, de la gente y sus burlas por ser asiático. Y, aun así, pensar en su otra escuela tampoco le hacía sentir mejor. Allá donde fuera, todo era un fastidio.

Escuchó pasos al otro lado del cuarto; quizás fuera Jimin, pero aún era demasiado pronto para tenerlo en el camarote. Jeongguk no hizo el amago de levantarse de la litera de arriba cuando la puerta se abrió y apareció Yoongi, ya con el pijama puesto. Al mayor no le sorprendió ver a su hermanito sin hacer nada, cerrando la puerta detrás suyo antes de acomodarse en el camarote junto a Jeonggukie.

-¿Necesitas ayuda para estudiar?-ofreció.

Jeongguk negó con la cabeza.

-Jimin no ha despegado la nariz de los libros.

-Sólo porque no quiere decepcionar a mamá.

-A mamá tampoco le gusta su trabajo, pero no lo dice- explicó, viendo que en el rostro de su Gguk se formaba una mueca-. Trabaja duro incluso estando de siete meses.

-Debería estar reposando-replicó, inclinándose hacia Yoongi, buscando su aroma-. Cuando nazca nuestra hermanita, ¿cómo haremos para cuidar de ella? Mamá necesita el trabajo, y nosotros aún vamos al instituto.

Yoongi también pensó en ello. Necesitaban el dinero que Taehyung traía a casa, pero trabajando todas esas horas diarias, apenas sacaría tiempo para cuidar a su bebé.

Y su nueva hermana necesitaba una mamá durante el primer año, al menos.

-Dejaré los estudios, Jeonggukie-anunció el alfa de forma repentina. Rodeó a su hermano por los hombros - Buscaré un trabajo y así mamá podrá cuidar de nuestra hermanita.

-Mamá no te dejará.

Yoongi ya tenía en cuenta que no sería fácil convencer a Tae, pero lo haría. Los estudios estaban bien para Jeonggukie y Jimin, pero no eran nada útiles para el alfa. Un día en el instituto, era un día echado a perder. Él no quería estudiar más y estaba decidido a abandonar la escuela en cuanto acabara el curso.

-Hablaré con mamá. Lo entenderá -afirmó. Jeonggukie lo miró con el ceño fruncido, pero no insistió más-. Y mejor ponte a estudiar ya. Si mamá llega y te ve sin hacer nada, te echará la charla.

-Se enojará contigo por querer dejar los estudios.

Yoongi se encogió de hombros. Le revolvió el pelo a su hermano y le dio un beso en la cabeza antes de levantarse de la cama.

-Voy a calentarle la cena a mamá. Estará por llegar - dijo, abriendo la puerta del cuarto para salir-. Estudia, aunque sea un par de horas.

Jeonggukie hizo un gesto vago con la cabeza, echando un vistazo a su mochila cuando se hubo cerrado la puerta. Sólo entonces sintió una punzada de culpa, pensando en su madre y en que, tal vez, estaba siendo un poco egoísta. Finalmente soltó un suspiro pesado, bajándose del camarote y sacando un libro al azar. En el fondo, él tampoco quería decepcionar a su mamá.

Mientras tanto, en el restaurante donde trabajaba Taehyung, el servicio había finalizado media hora antes, y en diez minutos, acababa el turno del omega. Sin embargo, éste iba muy atrasado con sus tareas. Su avanzado embarazo ralentizaba el trabajo y se volvía algo torpe cuando cargaba con el peso de los platos sucios. Por culpa de ello, sufrió un pequeño accidente que, milagrosamente, se quedó sólo en un susto.

El suelo de la cocina estaba cubierto por papeles de diario, pues una de las cañerías perdía agua desde hacía una semana, pero el dueño le restó importancia, negándose a llamar a un fontanero para que arreglase la avería. Tae se quejó por trabajar en esas condiciones, fregando el suelo cada cinco minutos para evitar que se formaran charcos de agua.

FOUR SEASONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora