FOUR SEASONS

13

Advertencias: drama y angst.

Este capítulo contiene una escena delicada no narrada positivamente.

Taehyung estaba peinando el bonito cabello de Jeongguk, oyendo su ruidito de gusto, cuando decidió decirle lo que conversó con Seokjin días atrás.

-Bebé- le dijo, su tono suave, dulce, llamando su atención,- con papá vamos a seguir insistiendo para que Lee te quite la marca, ¿lo sabes?

Mmm... -dijo Jeongguk, asintiendo, sin voltearse.

-Por eso, hemos decidido... invitar a ese chico a casa-continuó, sintiendo el  momento exacto en el que se tensaba.

Jeongguk se alejó de él, volteándose, una mirada atónita en su rostro.

-¿Qué?-preguntó, sorprendido. -¿Él...? Mamá, ¿a qué te refieres? -puso una expresión de pánico. -¡No quiero que venga! ¡No quiero verlo más, mamá! él

Yoongi se movió, agarrándolo del brazo para atraerlo hacia su cuerpo, tratando de calmarlo con sus feromonas. Podía oír sus balbuceos desesperados, sus murmullos temblorosos, y acarició su cabello, meciéndolo.

-Vendrá él solo, nadie más -continuó Taehyung-, creo que podemos llegar a convencerlo si sus padres no están con él, cariño. Tus hermanos también estarán en la cena, protegiéndote, y si ve lo mucho que lo odias, podrías hacerlo cambiar de opinión.

-¡No lo conoces! -saltó Jeongguk, llorando. ¡Juno no cambiará de opinión! ¡Los alfas nunca cambian de opinión, mamá, tú lo sabes! ¡Tú siempre le das la razón a papá, aunque él lo esté arruinando y te trate mal!

El omega se estremeció, aturdido por lo que Gguk le estaba diciendo, que se puso de pie y lo miró como si no lo reconociera. Como si fuera un completo desconocido.

-¡Eres un omega patético y espero nunca ser cómo tú! -soltó Jeongguk, hipando y corriendo al cuarto de sus hermanos mayores, sin dejar de llorar.

Taehyung bajó la vista, cubriendo su rostro con ambas manos, tratando de aguantar las lágrimas punzantes que aparecieron de pronto en sus ojos. Qué maldito desastre era todo, volviendo a arruinarlo, pero ¿Jeongguk no podía ver que era necesario?

Un omega patético. Sí, su hijo tenía razón, Tae se sentía como un tachito de basura en ese instante, en el que todos depositaban la mierda que querían sacarse, y él debía aguantarlo porque así fue criado.

Un omega no se queja, no protesta, no discute, Taehyung, ¿cuándo aprenderás eso? Si Seokjin quiere que su relación vaya rápido, ¡qué tiene de malo! Nunca encontrarás otro alfa como él, ¿lo entiendes? Si dejas pasar esta oportunidad, ¡ningún otro alfa querrá salir contigo!

Se vio con diecisiete años, mirando al suelo, mientras su mamá le regañaba luego de decirle que Seokjin le propuso matrimonio, pero él le pidió unos días para pensarlo. Taehyung quería saber la opinión de su mamá, ¿no era muy rápido? Llevaban saliendo sólo un año, ¡y Jin ya quería marcarlo y casarse con él!

Pero mamá se enojó tanto, tanto, y le dijo todas esas cosas. Incluso lo presionó para llamar a Seokjin, a salir con él y aceptar su propuesta. Tae seguía sin estar tan convencido, pero... pero...

Sin embargo, ¿dónde conseguiría a alguien mejor que Seokjin?

Levantó la vista al escuchar un ruido repentino, esperando que fuera Gguk para pedirle disculpas por sus feas palabras, aunque se encontró con la expresión tímida de Jimin.

-¿Pasa algo, cachorro? -preguntó, poniéndose de pie para salir del cuarto de su hijo menor.

-¿Peleaste con Ggukie? -dijo el omega-. Llegó llorando a mi habitación y se colgó de Yoongi, como hacía contigo cuando tenía seis años y el microondas sonaba.