44

15 2 0
                                    


Advertencias: drama y angst.




Yeji no dejaba de reírse mientras la columpiaba, tan feliz y contenta, y Seokjin sólo pensaba en los cachorros tantos años atrás, gritando por la emoción mientras hacía esa simple acción de empujarlos más y más alto. Recordaba que, cuando iban al parque, Tae solía quedarse sentado en una de las bancas, con los brazos cruzados y observándolos con una ligera sonrisa satisfecha.

-¡Papá! -gritó Yeji con ese adorable coreano, sacándolo de sus pensamientos, y Jin la agarró para detenerla. ¡No... no más!

-¿Te dejo de empujar? -preguntó el alfa—. ¿A dónde quieres ir ahora, Yeji? ¿Tal vez al tobogán? ¿O a la trepadora?

Había más niños en el parque con sus respectivos padres, todos correteando por aquí y por allá. Yeji, sentada todavía, observaba los juegos con el ceño ligeramente fruncido, y santo dios, Jin creía que se parecía mucho a Taehyung.

-Chimuk! -gritó de pronto, apuntando a la zona entre árboles, y Jin observó a un pequeño animalito corriendo de un árbol a otro ¡Es como... papá!

Se dio cuenta de que era una ardilla y se puso a reír, tomándola en brazos.

-Una ardilla- aceptó en coreano, ¿así que soy una ardilla, Yeji? ¿Y mamá que es?

-Cat! -dijo Yeji, tan feliz cuando el alfa la sentó en lo alto de un tobogán y la ayudó a deslizarse hacia abajo. ¡Como Hope!

-¿Un gato?- una nueva risa por parte de Jin, pues su hija tenía razón. Taehyung parecía todo un gato con esos ojos rasgados y labios rosados. Me has dicho de tu gato, creo que te gustan mucho, Yeji. Hope es un lindo nombre.

—Sí, sí-dijo la pequeña, y gritó de felicidad cuando volvió a deslizarla por el tobogán.

Seokjin no podía dejar de hacerlo, de querer que Yeji se riera, disfrutara y se entretuviera con él. A pesar de todo ese dolor y vacío que estuvo viviendo por más de dos años, el hecho de estar viviendo ese momento con su hija, su pequeña hija, le hacía pensar que no importaba nada más. Sentía que la vida le estaba dando otra oportunidad de hacer las cosas bien, de poder ser un buen padre, y tal vez no reparar todo el daño que le hizo a su familia, pero si ser un pequeño primer paso para eso.

-¿Papá?- preguntó Yeji unos minutos después, con Seokjin sujetándola mientras la niña "escalaba" y se balanceaba en una trepadora-. Why you... no ta-bas?

Le costó un poco interpretar la pregunta. Tae le había dicho muchas veces que Yeji solía hablar entre coreano e inglés, mezclando palabras sin control alguno.

-¿Por qué no estaba antes? -aventuró, y Yeji asintió, colgada de las barras (aunque Jin la sujetaba, ni loco la iba a soltar). Bueno... Yo no fui muy bueno con mamá ni con tus hermanos, cariño. Fui... Actué mal, y mamá y yo nos separamos, y por eso no nos pudimos conocer antes.

No quería contarle más, pues no sabía si ella iba a poder entenderlo en primer lugar. Y en el hipotético caso de que lo hiciera, ¿no sería decir cosas que una niña no debía escuchar? Ni siquiera a él le gustaba hablar de lo ocurrido en voz alta, con la vergüenza golpeándolo y haciéndolo sentir tan mal, a pesar de que se lo mereciera.

-Aaaaaah... -Yeji se soltó y la dejó en el suelo, agarrándole esa manita tan pequeña que le estrujaba el corazón. ¿Tú lo... amas?

-¿A tu madre? ¡Claro que sí! - le agarró la otra mano y Yeji saltó un charco de lodo- Tu madre es el omega más bonito del mundo entero, ¿no es así?

-Yes! -exclamó Yeji.

Seokjin la hizo saltar otro charco, con el corazón apretado ante las palabras que había dicho, pues era lo evidente para él. No dejó de amar a Taehyung en ningún momento, sin embargo, sabía también que cometió muchos actos atroces que no lo hacían merecedor de él. Seokjin estaba aprendiendo a vivir con eso, y a pesar de que dolería mucho tiempo, esperaba que se hiciera manejable en unos años más. Por ahora, él lo único que deseaba era poder acercarse a sus cachorros una vez más, estar con ellos y, si Tae lo quería, también estar con él (no de una forma romántica ni mucho menos sexual, sólo... Sólo estar con él).

FOUR SEASONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora