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La mañana llegó un poco sofocante y calurosa, y Taehyung hizo un mohín cuando el sol llegó a sus párpados. Emitió un gruñido de fastidio, y el brazo que lo rodeaba por los hombros, lo estrechó con fuerza. El aroma de Seokjin (esa vainilla poco vista en alfas) se intensificó, y ahora soltó una especie de ronroneo.

-Buenos días... escuchó decir a Jin con tono suave.

-¿Qué hora es? -masculló Tae, sin abrir sus ojos con toda intención de seguir durmiendo.

Oyó movimiento a su lado, aunque el brazo a su alrededor no se alejó.

-Las diez de la mañana.

-Bien- Tae suspiró-, podemos seguir durmiendo otra hora.

El sonido de la risa de Jin retumbó en el pecho del alfa, haciendo que Tae bufara por el movimiento. Él había olvidado eso, se dio cuenta, y también sintió a su omega retorcerse en señal de añoranza.

Aspiró el aroma con más fuerza, sin poder evitarlo, emitiendo otro ronroneo de comodidad. Una nueva risa y Tae se giró en el abrazo, hundiendo su cabeza en el pecho de Seokjin. El alfa emitía ese calor que siempre le había gustado, pues el omega nunca fue fanático del frío y recordaba muy bien lo mucho que le encantaba abrazar a Jin por lo mismo.

-Deberíamos levantarnos- murmuró Jin.

-¿Tú crees? -Tae abrió los ojos sólo para encontrarse el rostro de alfa cerca de él. Se veía un poco pálido, aunque mucho más entero que la noche anterior. -¿Dormiste bien?

El alfa no hizo el amago de acercarse a besarlo, pero por el tirón del lazo entre ellos, parecía con muchas ganas de hacerlo. Taehyung no dio una señal para que lo hiciera: si bien ellos se besaron la noche anterior, le daba mucha vergüenza hacerlo ahora. No había que malentenderlo como si él se estuviera arrepintiendo por haberlo besado, porque eso salió de lo profundo de su corazón. Sólo que era distinto en ese instante, ¿o no?

-Muy bien -afirmó Jin y puso una expresión de duda. -¿Puedo... puedo pedirte algo?

-Depende- dijo Tae.

-¿Puedo... Podría envolverte en mi olor?

Taehyung parpadeó ante la petición, creyendo que le pediría inicialmente un beso. Él no se esperaba esa petición, más considerando que el omega debía estar pasado al olor alfa en ese momento pues habían dormido abrazados toda la noche.

-Te estás volviendo demasiado atrevido- dijo tae con voz grave, aunque su expresión delataba que no había molestia en él. Se enderezó, sentándose en la cama, y Jin hizo lo mismo.

-Lo sé, perdón -admitió, pero no había vergüenza en su cara. -Si no quieres, pues está bien, Taehyung. Sólo... sólo tengo muchas ganas de hacerlo.

El omega podía imaginarse que sí. Desde que empezaron a salir que a seokjin le encantaba abrazarlo y extender sus feromonas a su alrededor, incluso recordaba cuando casi se puso a llorar y berrear la primera vez que hizo una limpieza profunda en casa y sacó todo el aroma del alfa.

-Te lo permitiré hoy -le dijo Tae con firmeza, -sólo porque estoy de buen humor.

Seokjin sonrió ahora con fuerza y lo atrajo hacia él, ubicando su cabeza contra el hombro de Tae mientras soltaba esas fuertes feromonas alfas para que quedaran impregnadas en la piel del omega. El alfa amaba sentir su aroma en Taehyung, saber que todos podían percatarse de sub aroma en el más abajo y, por encima de todo, que el omega de Tae ronroneara cada vez que lo envolvía en su aroma.

Era... era un alivio que seokjin necesitaba sentir. ¿Era egoísta? Quizás. Muy probablemente sí. Pero ¿podía permitirse ser egoísta en ese preciso momento?

FOUR SEASONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora