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Advertencias: drama y angst. Seokjin!Alfa x Taehyung!Omega.



La siguiente semana no fue mejor que la primera. Seokjin insistía en que Jeongguk volviera al colegio, pero sentía que su palabra iba perdiendo fuerza en aquella casa, hasta el punto en que ya nada giraba en torno a él. Taehyung se la pasaba consolando a su hijo, acunándolo entre sus brazos y susurrándole que jamás le dejaría. Jimin tampoco parecía querer separarse de Jeongguk, y, por otro lado, Yoongi también se le vio muy afectado por lo ocurrido. Seokjin pudo jurar que en más de una ocasión le descubrió lanzándole miradas acusadoras.

El alfa tuvo la sensación de que todos formaron un nido alrededor de Jeongguk y él pasó a ser completamente ignorado.

Desde que Taehyung le gritó que no le daría ningún otro cachorro que Seokjin no osó tocar el tema otra vez. Sin embargo, nadie le quitaría razón cuando dijo que todo aquello fue culpa de su omega por permitir que Jeongguk siguiera en el club de taekwondo.

Pero pronto se dio cuenta que tendría que lidiar con algo más. Esa noche, cuando llegó de trabajar, lo vio, y su temperamento empeoró, oliendo unas feromonas dulces de omega nada más poner un pie dentro la casa.

La amiga de Taehyung.

Suran no tuvo noticias de Tae por varios días, preocupada porque le hubiera o hubiese ocurrido algo malo, así que le llamó un día para saber de él, pero no esperaba escuchar algo tan horrible como que marcaron al pequeño cachorro, Jeongguk.

Sin pensarlo dos veces, esa misma tarde se presentó en casa de Tae. Ni siquiera podía imaginarse el tormento por el que estaría pasando su amigo y el propio Jeongguk. De pie frente a la puerta, su corazón se encogió cuando la figura de Taehyung apareció delante de sus ojos, viéndose como alguien que envejeció muchos años en muy pocos días.

Suran notó enseguida las feromonas de tristeza y abatimiento; estaban por toda la casa.

-Disculpa si está un poco sucio todo dijo Tae, acompañándola hasta el comedor.

Ella no le dio importancia, pero en su opinión, la casa se veía limpia. Tomó asiento en el sofá, al lado de Taehyung, quién no pudo ni esbozar una débil sonrisa.

-¿Cómo está tu pequeño? -preguntó Suran.

-Tiene pesadillas por las noches, y la marca no deja de dolerle -respondió, con un suspiro pesado. Se culpa por lo sucedido y apenas sale de su cuarto. Está siendo muy duro para él

Suran le cogió la mano y se la estrechó, haciéndole ver con ese pequeño gesto que estaba a su lado.

-¿Y tú? ¿Cómo te sientes? Si necesitas cualquier cosa, solo tienes que pedírmelo. Quiero ayudarte en lo que sea.

Taehyung tragó duro, sus ojos perdidos en algún punto que Suran no lograba encontrar. Hubo un silencio largo, pesado y doloroso. El omega luchaba consigo mismo, recordando reiteradamente las crueles palabras de Seokjin. El sentimiento de culpa era demasiado abrumador.

-¿Crees que es culpa mía? -preguntó con un hilo de voz.

-¿Qué?- Suran parpadeó, incrédula.

-Yo... Yo insistí en que Jeongguk estuviera en el club de taekwondo. Sabíamos de un alfa que le acosaba a diario, y no pude hacer nada por él.... Seokjin me lo advirtió, y no hice caso —dijo, agachando el rostro, desolado.

-No, no... No digas eso-se apresuró a intervenir, alarmada. Tú solo querías hacer feliz a tu hijo, no hay nada de malo en eso. Si existe un culpable, no es otro que el desalmado que le ha hecho eso a Jeongguk. Si no hubiera sido en los vestuarios, habría encontrado cualquier otro lugar. Es espantoso que existan alfas tan jóvenes y tan crueles a la vez, pero culparte no te ayudará ni a ti, ni a tu cachorro.

FOUR SEASONSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora