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Al día siguiente, Shia y Milan fueron a un centro comercial. Se decía que era el más grande y bonito de la capital real y que se trataba de un edificio de cinco pisos con una escalera eléctrica en la entrada.
Rufus era un país desarrollado, y por eso mismo se construían instalaciones como estas aquí y allá según las exigencias de sus pobladores.

En el país de Kanus, donde nació y creció Shia, los únicos edificios de más de tres pisos eran instalaciones religiosas como templos o iglesias. Y aunque visitaba los grandes almacenes cada vez que venía a la capital real y todas y cada una de las tiendas del centro comercial, la realidad era que pensaba que nunca iba a cansarse de esto.

"Papá, tomemos las escaleras primero. ¡Las escaleras!"

Cuando el edificio apareció a la vista, Milán abrió los ojos tanto como lo aguantaba su carita y tiró de la mano de su papá para llevarlo casi corriendo hacia el frente. Milán amaba las escaleras eléctricas de los grandes almacenes y a veces hasta las prefería a la feria que llegaba al pueblo una vez al año.

Antes de que naciera Milán, cuando Elijah lo llevó allí por primera vez, acababan de inaugurar la escalera y por eso mismo resultó que la gente se había reunido igual a si fuera el mejor espectáculo del mundo. Recordaba que lo vieron a la distancia, preocupados de lo que pasaría al estar embarazado y acercarse a un lugar que parecía bastante bullicioso. Pero después de casi cinco años, la conmoción finalmente se calmó y ahora las personas lo subían y lo bajaban muy normalmente. Sin embargo, la tienda tenía una gran cantidad de clientes como de costumbre y era casi imposible adelantar.

Según la solicitud de Milán, primero fueron a las escaleras para subir y mirar alrededor de las tiendas del tercer piso. Hoy planeaba comprar juguetes para Milán y recuerdos para Margo y los demás que se habían quedado en casa. Al mediodía, se suponía que debía reunirse con Elijah para almorzar en el comedor que estaba en el último piso y después, irían a la derecha, de donde había grandes almacenes, para ver una película animada.

Tras comprar "souvenirs" para Margo y los demás, fueron a la sección de juguetes donde el niño parecía todo un pecesito en el agua. Sin embargo, la regla de oro era que solo podía elegir uno y nada más.

"Milán, ¿Ya decidiste?"

"Hmm, solo un poco más"

"¿Todavía no?"

"Um..."

"¿No me dijiste que querías comprar una locomotora?"

Milan llegó al departamento de juguetes y saltó sobre el modelo que había estado buscando. Podría haberlo llevado a la caja registradora de inmediato y se habría terminado de una vez, pero cuando encontró el pasillo de los peluches, justo al lado, fue como si todo su plan se hubiera ido a la basura en un solo golpe.

A Milán le gustaban muchísimo los osos. Osos de peluche, libros ilustrados sobre osos, cosas relacionadas con los osos. ¡Coleccionaba cualquier cosa de ellos! Incluso dijo que quería ser un oso cuando fuera mayor.

"Amor, ya tienes un oso como este en casa ¿Recuerdas?"

"Este es un oso diferente. Los ojos son diferentes y la nariz es diferente y las orejas son diferentes también."

Shia suspiró. Por lo general era muy obediente, pero a veces se apegaba a una cosa como esta y era imposible de convencer.

Mirando el reloj en el pasillo frente a la tienda, eran casi las doce en punto así que tal vez Elijah ya estaba en el comedor para ese momento. El área de comida estaba justo encima de esto y era tan popular que, si no llegaban temprano, los asientos se iban a llenar sin que pudieran hacer algo para evitarlo.

El rey león Alfa y su amante secreto (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora