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A partir de ese día, Vislan y Shia se hicieron increíblemente cercanos.

Vislan era estudiante de posgrado en economía y, aunque tomaban clases separadas y sus horarios no coincidían, casi siempre pasaban juntos el resto del tiempo. De hecho, no tenían interacción con otros estudiantes además de entre ellos pero, para empezar, Shia originalmente no era bueno para socializar y mantenía a la gente alejada de él tanto como fuera posible. Fue peor cuando el hombre bestia y extranjero, Vislan, parecía haberse transformado en su guardaespaldas incluso cuando estaban afuera del campus.

Los transeúntes abrían el camino sorprendidos, los miraban como si estuvieran observando un objeto extraño, o fruncían el ceño abiertamente cuando se cruzaban por accidente. Sin embargo, era tan cómodo estar al lado de Vislan que lentamente comenzó a darle igual lo que dijeran o no dijeran de él. Y aunque al principio estaba a su lado por el sentido del deber que le pedía ser amable con los estudiantes extranjeros, pronto fue más por... El impulso de hacer buenos momentos juntos.

Con Vislan, podía tener conversaciones naturales. Al principio pensó que era arrogante y aburrido, pero, cuando estaba con él, las cosas de las que siempre había querido hablar llegaban a su mente una tras otra hasta que se quedaban conversando toda la tarde, noche y madrugada también. Dicho esto, lo bueno era que Shia no solo se estaba sintiendo bien unilateralmente, sino que Vislan pareció estar bastante entusiasmado con la idea de tenerte de amigos. Se quedaban de frente a frente, acercaba la cara y comenzaba a enseñar lo bastante bien informado que estaba sobre cosas que iban incluso fuera de su especialización. Fue hasta divertido escuchar sobre Rufus.

Vislan le dijo que Rufus se encontraba actualmente en una economía que iba creciendo y que, además, tenían una industria que podía considerarse increíblemente próspera. La capital real estaba repleta de edificios y se construían muchas instalaciones comerciales cada mes. Le sorprendió escuchar que los trenes y los automóviles eran tan populares que incluso la gente común podía viajar en ellos y casi tuvo que cerrar su mandíbula con las dos manos al oir la explicación de lo que era y hacia un motor. No había trenes en Kanus, los automóviles solo eran ocupados por jefes de estado y únicamente las personas más ricas iban en tren.

"El rumor de que Kanus está llegando tarde al nuevo mundo es cierto."

Después de todo, al enterarse de que se inventó una escalera eléctrica, Shia, que estudiaba ingeniería, casi perdió la voz pidiendo ir a Rufus alguna vez. Es más, estaba convencido de que había nacido en el lugar equivocado.

"Jajaja. Bueno, eso puede ser verdad hasta cierto punto, pero, siento que aunque Kanus es viejo también hay mucha buena tecnología que necesita investigarse un poco más. Por ejemplo, entiendo que aquí hay artesanías hermosas y caras y una vez investigué que requieren mucho tiempo para hacerse. Me sorprendió que las muñecas Karakuri se inventaran en este país".

Vislan dijo eso con las orejas bien en lo alto. El otro día fueron a un museo anexo a la universidad y tardó todo un día en dejar de verse tan emocionado por haber visto tantos inventos novedosos. Y cuando lo escuchaba hablar, entonces sentía que era un alma vieja metida en el cuerpo de un joven león.

"De todos modos, quiero ir al país de Rufus algún día."

"Y yo quiero que vengas. Además, cuando eso suceda, te prometo que voy a ser tu guía personal. Te mostraré todo lo que hay en Rufus, de pies a cabeza".

Dijo Vislan.

No era un comentario para hacerlo sentir bien. Si Shia fuera a visitarlo en unos años, sin importar lo ocupado que estuviera, estaba bastante seguro de que le mostraría los alrededores de una sola vez. No sabía cómo explicarlo, podía decirse que era fe. Y estaba consciente de que no había pasado mucho desde que se conocieron, pero le tenía tanta confianza como si hubieran vivido juntos desde siempre. Era la primera vez que hacía un amigo tan cercano y estaba feliz de tener a alguien con quién pudiera sentirse en paz. En realidad, Vislan se sorprendió mucho cuando Shia dijo que nunca pensó que le pudiera caer bien.

El rey león Alfa y su amante secreto (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora