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El viento se estaba volviendo complicado.

"Vamos a volver, ¿De acuerdo?"

"O-ok."

Milán se estremeció tanto que Shia se quitó la chaqueta y se la puso en los hombros. Sin embargo, él no sintió ni un poco de frío. Para ser honesto, todo su cuerpo se había puesto tan extrañamente caliente que no dejaba de temblar. Y quizá había sido por el esfuerzo que había hecho para llegar hasta la mitad del lago, o porque estaba cansado, pero Milán dijo que ya no remaría en el camino de regreso. Solo se sentó frente a él y abrazó a su osito.

"No te sueltes, amor. Ya vamos."

Pero cuando agarró los remos, por un momento fue como si su visión se pusiera extrañamente borrosa. Estaba mareado y sintió que una bola de calor había explotado en lo más profundo de su abdomen. Sus manos estaban temblando, sudaba y se sentía caliente desde el centro del cuerpo. Por supuesto, recordaba este sentimiento. Era lo mismo que sintió en el laboratorio antes de tener relaciones sexuales con Vislan.

(¿Por qué...?)

Habían pasado años. Incluso después del nacimiento de Milán, no había tenido una temporada de apareamiento. No pasó nada cuando estuvo con Elijah, un Alfa dominante, ni aunque también convivió con todos los Alfas en el pueblo debido a su trabajo. Entonces pensó:

(¿Será que solo reacciono a Vis?)

Tratando de calmarse tanto como le fuera posible, reflexionó sobre cada cosa que había hecho hasta el momento, pero el calor solo aumentó en intensidad.

"Ah, ah..."

"Papá, ¿Qué pasa? ¿Te estás sintiendo mal? ¿Estás cansado?"

Milán, que notó algo extraño, caminó en dirección a su papá para abrazarlo utilizando sus dos pequeñas manitas. Pero Shia inmediatamente gritó: "¡Estoy bien!" Y lo empujó porque no quería que lo tocara.

"¿Papá?"

"Estoy bien. Solo... Estoy mareado, amor. No quiero que me toques porque siento que voy a vomitar. Tranquilo ¿Si? Se me quita pronto."

Aunque se obligó a sonreír, Milan seguía intranquilo.

"Vamos a volver a la orilla, papá."

Trató de sostener el remo con manos temblorosas, pero no pudo. Además, el barco se estaba balanceando de un lado para otro y fue peor porque Shia parecía tener muchos problemas para respirar.

"Papá, siéntate".

Debió haber pensado que tenía que ayudar a Shia de alguna manera, por lo que se movió para quedar a su lado y ayudarlo con el remo. No obstante, el bote se inclinó otra vez y el oso, apoyado en el borde, cayó directo al estanque.

"¡Ah!"

Shia y Milán gritaron al mismo tiempo.

"¡Osito-san!"

"Milán, cálmate. Siéntate otra vez ¡Siéntate!"

El barco se balanceó otra vez, haciendo que ahora uno de los remos cayera al agua

"¡No! ¡No, no, no!"

¡Milán se echó a llorar porque era un gran problema! Shia acarició la cabeza de su bebé diciendo: "Está bien, está bien, tranquilo". Pero el niño no lo escuchó.

"¡Necesitamos el remo!"

Mientras tanto, las olas del celo estaban surgiendo incesantemente una y otra vez hasta el punto en que era muy doloroso fingir que no pasaba nada. Cada vez que su ropa se frotaba con su cuerpo, gritaba, sentía excitación y también comenzaba a tener un fuerte disgusto por si mismo.

El rey león Alfa y su amante secreto (Traducción Finalizada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora