¿Reencuentro o nuevo encuentro?

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Capítulo 5

Despierto al escuchar el sonido de gritos que provienen de afuera, de 2 voces que reconozco, mis padres, los que menos discuten.

Me levanto de mi cama algo obstinada de que me tuve que despertar de este cálido sueño. Pensé en cambiarme, pero me dio flojera así que me quedé con el pijama.

Se supone que hoy nos iríamos, no sé a dónde, creo que será a Georgia, cualquier lugar menos casa donde corro peligro y debo estar bien para ayudar a Chase de alguna forma.

Cuando salgo noto que no es afuera de mi alcoba sino a lado donde se formula la pelea, la habitación de mis padres estaba medio abierta y por ello lo que gritan es escuchado.

—Hugo, no hay nada que hacer, a lo mejor ya esa loca se lanzó de un barranco —se enoja mi madre.

—Es mi hermana, viví mi niñez con ella, Helen me necesita y si tú quieres largarte, adelante vete y si es posible sola, ya es momento que dejes decidir a Scarlett también.

Helen ¿Quién demonios es Helen y porque se me hace conocido el nombre?

—No ves que lo que hago es por ti, y por nuestros hijos.

—Te equivocas, lo haces solo por ti, yo no quiero huir más, lo siento. Este siempre ha sido mi hogar.

—Muérete Hugo, tú y tu estúpida hermana a quien has elegido por encima de mí, siempre lo has hecho.

—¿Por encima de ti? Por favor, Aislinn Greene, sabes bien que a dónde has querido ir te he seguido, deje mi vida por ti, así que cálmate y ten paciencia que tú misma sabes que estar aquí nos conviene más —entiendo totalmente a Hugo y aunque desconozco sus secretos debo admitir que tiene razón, siempre estuvo para mamá y también para mí.

Siento como alguien camina atrás de mí, me volteo y observo que es la dama pelirroja dueña de este hotel. sus lágrimas caían de sus ojos, y repetía a cada rato algo que me desconcertó.

—Aislinn Greene —repetía en sollozos y melancolía—. Mi Aislinn Greene.

La observo desconcertada por lo que hace ¿Su Aislinn?

—¿Sucede algo? —le pregunto y ella me observa y sonríe de tristeza.

—Es mi...

—¿Qué haces aquí Scarlett? —mi madre interrumpe, con sus brazos cruzados con el ceño fruncido nos fulmina con la mirada.

—Eh yo...

—Ve y vístete —ignora la situación—. Nos iremos solo nosotras, así que esta lista en menos de 10 minutos si quieres conservar las cosas que te trajiste porque por mi dejo toda esa basura y nos largamos ahora mismo.

—Pero... —intento decir.

—Sin peros, ve ahora si no quieres que te saque a patadas de aquí.

—No seas así con ella —le reclama la mujer pelirroja.

—Y usted ¿Qué? Yo sé cómo cuidar a mi hija no necesito clases de una vieja que ni hijos tiene —le espeta mi madre.

—¿Quién dijo que no? —pregunta dominante la dama.

—Usted misma, anoche lo aclaro.

—Dije que perdí una hija por terca, desquiciada y manipuladora.

—Pues qué bueno que se fue ¿Quién la aguantaría?

—Me dueles Aislinn.

—¿Qué? ¿Cómo? Le dije ayer que me llamo Gabriela —eso era normal que mamá cambiara su nombre cada que se presenta, por ello habla con confianza.

Encuentrame entre las rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora