¿Otra vez aqui?

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Capítulo 11

El sereno de la noche golpeaba mi cuerpo, haciendo que percibiera de forma incontrolable el frio de la noche. Bryce permanecía junto a mi abrazándome con fuerza mientras me ojea con melancolía.

—¿Me recuerdas? ¿Sí? ¿Lo haces? —empieza a emocionarse en el momento en que lo llame por su nombre.

—Lo hago, pero poco —le regalo una sonrisa de medio lado y distingo que su rostro se relaja.

—¿Qué recuerdas? Cuéntame, no sabes cuánto gusto me da saber...

—¿Bryce Haddaway ? Tienes tus manos sobre mi hermana y si no quieres que me las cobre todas ahorita es mejor que la sueltes —la voz amenazante de mi hermano hace que me levante de golpe.

—David, yo... —intento decir, pero él me mira con desprecio.

—Si era con el policía sí, pero a este imbécil no se te ocurra acercártele porque por su culpa Chase desapareció —espeta mi hermano, me volteo a mirar a Bryce quien enseria su cara.

—¿A qué te refieres? —pregunto enarcando mis cejas, angustiada, y al no recibir respuesta de David, me giro a Bryce—. ¿A qué se refiere? ¿Sabes dónde está Chase? —me acerco a él con una furia que recorre mi cuerpo entero. Él me mira a mí, pero luego va directamente hacia David.

—Chase jamás consumió drogas, y yo tampoco ¿Crees que eso es bueno para el expediente de un policía? —le pregunta desafiante acercándose a mi hermano con total atrevimiento, lo cual hace que David se altere más y lo agarre del cuello.

—Tú sabes dónde está, dímelo ya —me altero oyendo su conversación—. Dime donde está, ¡Dímelo ya! —le exijo golpeándolo por la espalda de la rabia, y lágrimas salen de mi rostro.

《 No, él no, por favor, que no sea él》 rogaba en mi interior. Y de pronto veo que a mi hermano se le va la onda de la rabia y golpea con toda su fuerza a Bryce sacándole sangre, yo lo suelto y veo como su nariz se rompe. Y al observar lo alto y fornido que es Bryce, temo por la vida de David.

—¡David, no! —le suplico, pero Karine, de quien no me había percatado de que estaba me toma de los brazos adentrándome a la casa, la golpeo luchando contra ella, no deseaba que ninguno de los 2 se hicieran daño, aborrezco cuando los hombres quieren arreglar todo por su cuenta lesionando a las personas.

Karine manda a llamar a unos de los guardias quien la ayuda a que entre a la casa sin poder presenciar nada.

—¡Suéltame, zorra! —le grito desesperada mientras me dejan sobre mi habitación con el seguro.

Me siento enfadada en la cama, molesta por todo, pensé que hoy sería un día normal y corriente sin peleas, ni cosas que me confundieran, pero a la final fue todo lo contrario un día de asco, como todos los que he vivido.

—Scar... —Karine trata de agarrarme, pero la suelto de un jalón.

—Déjame, no quiero estar con nadie —le digo, pero de igual forma se queda y me sonríe.

—Mira, sé que a lo mejor no te agrado y la verdad dudo el porqué, he tratado de ser buena persona contigo, ser amigable y ser una especie de mejor amiga para ti, pero no te dejas ser. Te enoja mi presencia, me rechazas, me tratas mal, solo quisiera saber, ¿que hice yo para ganarme tu desprecio? —sus palabras vuelan por la habitación ablandando mi corazón y de cierta forma me siento culpable por ser así.

—Nada, en realidad no has hecho nada, he sido yo quien ha arruinado todo.

—No te sientas culpable —me sonríe de lado con sutileza impregnando de alguna forma la habitación de alegría—. Mira todo ser humano tiene un pasado oscuro que o nos cambia por completo o no nos cambia en nada, pero nunca queda a medias, así que te comprendo perfectamente, entiendo que sea difícil para ti, tu hermano me ha contado muy poquitas cosas de ti, pero cada una me hace entender que te cuesta ser sociable.

Encuentrame entre las rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora