¿Nuestra historia?

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Capítulo 17

El olor a comida china entra a mis fosas nasales, escucho como hay una segunda persona en casa quien parece estar cocinando, intento abrir mis ojos, pero el dolor de cabeza no me deja ni siquiera levantarme del suelo.

—¿Bryce? —llamo, pero no responde, Helen había dicho que llamaría a mi novio, así que, aunque no lo sea, supongo que se refiere a él...

Con pocas fuerzas me levanto del suelo sosteniéndome del sillón y es ahí cuando presencio el horrible dolor de cuello por la posición en la que me desmaye, encandilada por la luz del bombillo abro los ojos y parpadeo varias veces para quitar lo borroso de mi vista.

—¿Bryce? —vuelvo a llamar, me fijo en la cocina y veo el chaleco de policía, al notarlo me levanto con desesperación al ver quien realmente es...

—Hola Rosali —pronuncia al verme de pie.

—Hola Nathaniel —alzo la mirada y la endurezco al verlo. Tenía su cabello liso completamente desordenado y su traje estaba algo mojado ¿Se cayo en una empozado de agua o algo?

—Prepare comida china, sé que te gusta.

—Dejo de gustarme desde el día en el que Elijah casi me envenena con una —respondo y voy al sillón buscando mi celular y noto que hay un montón de mensaje de David y uno de un numero desconocido quien creo que es Bryce.

Scarlett Alexandra Greene ¿Dónde estás?

Mi hermanito bonito a las 2:02pm

Y así como ese había como 30 mensajes más de mi hermano preocupado por mi estado y luego estaba el de Bryce...

Discúlpame si no me podido ser yo quien tenga el honor de acompañarla, pero se me presento un trabajo a las afuera del pueblo y debo atenderlo pronto, regresare hoy para acompañarla hermosa damisela.

Numero Desconocido a las 11:58am

—¿Con quién hablas? —Nathaniel llama mi atención mientras introduce unas fresas en la licuadora.

—¿Te importa? —intento ser repugnante con él.

—La verdad no, pero solo me intereso saber quién era.

—Pues a lo mejor es un chico bueno que no me va a besar y luego abandonar diciendo que no podemos estar juntos —hablo con sarcasmo poniéndome de pie yendo hasta la cocina.

—En eso tienes razón, Bryce jamás te diría eso —contesta y enciende el aparato que tritura la fresa.

—¿Y qué te hace pensar que es Bryce? —él se da la vuelta buscando una jarra para echar el jugo.

—No lo sé, intuición de detective tal vez... —me rio con sarcasmo en su cara, no puedo creer que sea a veces tan presumido con su cargo, y lo use de tal manera.

—No tengo ni idea porque Bryce te mando precisamente a ti.

—Descuida, que yo no me explico porque me envió a niñera a cuidarte —sirve un poco de jugo en un vaso—. ¿Quieres? —niego con la cabeza, Helen me dio un té que hizo que me durmiera ¿Qué puede tener este jugo? ¿Veneno de ratas?

—¿Por qué ayer me besaste si sabias que me ibas a dejar? —me cruzo de brazo pidiéndole una explicación.

—Tu fuiste quien me beso, enana, así que no fue mi culpa —toma rápido su jugo, pero por la velocidad se ahoga haciendo que escupa el jugo mientras toce.

Me rio al verlo así tan tierno... digo tan imbécil...

¿Qué demonios me pasa? ¿Por qué lo sigo alabando con algo que no es?

Encuentrame entre las rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora