¿Tan pronto?

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Capítulo 12

Todos entramos a esa horrorosa casa abandonada, vacía y llena de polvo por todos lados y ciertas manchas de sangre que manchaban las paredes. Todos estábamos buscando, Karine y yo en la parte de abajo Adrián y David en el segundo piso.

Me encontraba en una habitación oscura con un armario viejo lleno de telarañas, el piso rechinaba a cada paso que daba, y sin duda, todo aquí estaba en mal estado.

Estornudo por el polvo, me adentro más al cuarto y abro con cuidado el closet hallando unas cuantas arañas moverse de un lado a otro. Me asusto así que cierro de inmediato al notar que no hay nada.

Vuelvo a estornuda del polvo, pero en eso escucho un carraspeo extraño por fuera de la casa.

Curiosa me acerco a la ventana a ver si es alguno de los chicos.

—¿Adrián? ¿David? —llamo.

Pero no recibo respuesta, así que justo cuando iba a voltearme la puerta del cuarto se cierra, me giro por completo mirando a la entrada y me consigo con el... el viejo que vi con la niña pequeña que me llamo mamá.

Intento gritar, pero él se acerca rápidamente a mi indicándome con un dedo índice que haga silencio.

—No quiero hacerte daño, tranquila —mi pecho se comienza a agitar a medida que avanza hacia mí. Él me sonríe al tenerme más cerca—. Nos volvemos a encontrar, mi pequeña —camino hacia atrás evitando que se acerque a mí.

Su rostro a pesar de la oscuridad me recuerda a alguien, pero no detallo quien...

—¿Quién eres tú? —pregunto con miedo.

—Pronto sabrás la verdad, mi niña. Nada es lo que parece, de hecho, es más perverso... —contesta con malicia.

—Esa no fue mi pregunta.

—Pero es la respuesta que yo quise dar —me responde—. Falta poco mi rosa, muy poco —y con eso abandono el lugar, desvaneciéndose en la oscuridad y deseaba que alguien además de mi lo hubiera visto así tendría testigos.

Pero eso no sucedió, nadie además de mi lo vio, de hecho, como fantasma tendría un buen título.

La mayoría de las cosas que me han sucedido en este pueblo me dan a entender que aquí las personas me conocen más que yo a mí misma, la manera en que actúan y como me dicen las cosas significa que hay algo que ellos saben y que yo no lo sé, correría a preguntárselo a Aislinn, pero siento que ya no tengo confianza en sus palabras, o al menos estoy en un término intermedio y con la mente abierta oyendo y sopesando lo que me dicen tanto mi madre, como los demás que se me han acercado.

Tengo miedo de decirle a la que suelo llamar madre, ya que, es posible que si es verdad me lleve lejos de aquí; debo admitir que tengo que agradecerle mucho a ella por haberme cuidado, protegido y acogido 《 A su manera, pero lo hizo》 estuvo para mí en cada ataque, haciendo químicos especiales que me ayudasen con la ansiedad. Ella solo me protegía... de ellos... pero... ¿Quiénes son ellos?

—¡Scar! —escucho la voz de Karine a través de la puerta. Rápidamente voy hacia ella y la abro consiguiéndome a una buena amiga preocupada.

—Me asustaste mujer, no hagas algo así otra vez —me abraza con fuerza sintiendo el calor de su cuerpo—. ¿Hallaste algo? —niego con la cabeza—. Porque yo creo que yo sí —me enseña una camisa azul de cuadros que identifico inmediatamente, esa es de Chase, yo se la regale en su cumpleaños pasado y era su favorita...

La tome de inmediato entre mis manos y veo ciertas manchas de sangre que la rodean... Lagrimas salen de mis ojos con abundancia llenando mojando mi rostro.

Encuentrame entre las rosasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora