( 🌓 ) we did it

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Si había algo difícil en esta vida era seguir a alguien el cual no se dejaba ver

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Si había algo difícil en esta vida era seguir a alguien el cual no se dejaba ver. Percy se había vuelto a poner su gorra de invisibilidad y yo estaba siendo arrastrada –casi literalmente– por él.

Cruzamos el mall en menos de cinco segundos, y nos metimos sin dudar en el Museo del Aire y Espacio. Se digno a quitarse la gorra en el momento que cruzamos la recepción.

—¿Que hiciste? —le grite en un susurro entre tanto el seguía arrastrándome por el lugar.

—Eh... ¿hable con un viejo amigo?

Me quede callada cuando un cuerpo chocó contra el mio. Estábamos subiendo a una rampa que te llevaba a la galería mas alta cuando me chocó. Era Thalia Grace.

Grover dio un grito de sorpresa al ver a su mejor amigo. Pero me tuve que interponer frente a Percy para que mi mejor amiga y Bianca no le tiren alguna flecha. Zoë no me había visto, solo a Percy y no parecía muy gustosa en bajar el arco. Hasta que me vio.

—Lexi... —bajo lentamente el arco y yo me acerque a ella con una mano detrás de mi para que Percy deje de hacer cosas estupidas—. Y tu —dijo señalando al hijo de Poseidon— ¿Como hozas presentarte aquí? ¿la obligaste a venir?

Percy parecía un pez fuera del agua, tratando de buscar las palabras correctas para decirle a Zoë y no terminar con una flecha enterrada en medio de la cabeza.

—¡Percy, gracias a los dioses estas aquí! —le dijo Grover, pero ante la mirada de Zoë volvió a hablar—. Eh... se supone que no debes estar aquí.

—Luke —dijo Percy recobrando el aliento—. Él... esta aquí.

Thalia cambio su semblante terrorífico a uno de asombro y tristeza. Agarro su pulsera de plata y dirigió su mirada a Percy.

—¿Donde?

Percy contó todo el encuentro que tuvimos con el Doctor Espino, hasta lo que paso dentro de la habitación que estuvo solo.

—¿El General esta aquí? Imposible. Mientes —Zoë no lograba creerle a él.

—¿Por que te mentiría? Lexa esta de testigo —era la primera vez que me llamaba así. Y eso hizo que mi mejor amiga tense su manos en el arco que no había soltado todavía.

—No esta mintiendo —le dije a su favor para que no termine muerto.

—No tenemos tiempo que perder, hay guerreros-esqueleto.

—¿Que? —pregunto Thalia—. ¿Cuantos?

—Doce —dijo luego de empezar a sumar con sus dedos rápidamente—. Y hay algo mas: el General ha dicho que había enviado a un «compañero de juegos» para distraeros. Un monstruo.

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