6. Escape

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Durante los días en que estuvo solo, Felix tomó el valor necesario para intentar escapar. Se rehusaba a permanecer encerrado por el resto de su vida a disposición de ese hombre así que empezó a idear maneras para poder escapar pensando todos los posibles escenarios.

Primero tomó en cuenta el comportamiento de su captor, siempre entraba con ese carrito por delante así que acercarse a golpearlo estaba descartado porque el carrito estaba en su camino.

Podría tratar de noquearlo cuando estuviera cerca, incluso tratar de seducirlo y así bajara la guardia, pero la duda de fallar lo detuvo de hacerlo. Además de que el pensar que ese tipo lo tocará le causaba ganas de vomitar.

Así estuvo meditando un par de horas durante esos días, la mayor parte de tiempo se la pasaba durmiendo para escapar momentáneamente de la realidad. Se refugiaba en los dulces sueños donde corría en campos de flores junto a Jeongin. También soñaba con volver a tener una reunión con sus amigos como la que tuvieron para festejar sus cumpleaños en septiembre.

Si hubiera sabido que esos serían sus últimos tragos, sus últimas risas hasta llorar y que esa sería la última vez que disfrutaba de su compañía con tanta plenitud, hubiera hecho lo que sea para detener el tiempo y seguir disfrutando de cada momento.

Lástima que sus añoranzas se vieron interrumpidas por el sonido de 3 timbres en la puerta.

Con la adrenalina recorriendo su cuerpo, solo pudo pensar en tomar la silla y esconderse tras la puerta, con suerte podría darle un golpe y salir corriendo a buscar ayuda.

Confiando en que los dioses estuvieran de su lado, afirmó la silla de madera entre sus manos y una vez vio que el carrito habia casi pasado por completo la puerta, en un rápido movimiento elevó la silla hasta darle un golpe en la cara que dejó aturdido a Hyunjin.

Felix arrojó la silla y quitó el carrito de su camino para empezar una carrera por su vida, literalmente. Sin importarle nada, atravesó la puerta hasta llegar a la que parecía que era la salida.

Apenas puso un pie afuera volteó a todos lados, dándose cuenta que no tenía una jodida idea de dónde estaba, pues solo podía ver árboles y tierra. El sol lo había cegado por unos instantes, hacía días que no estaba bajo de él y eso causo que se le dificultará más la tarea de ubicarse.

Giró su vista hacia adentro y vio como su captor empezaba a ir tras de él. En una fracción de segundo ya se encontraba corriendo sin importar sus pies descalzos, las magulladuras en ellos no eran nada en ese momento. Corrió lo más rápido que podía, saltando piedras, esquivando árboles y sin voltear atrás por temor de ver qué tan cerca podría estar aquel hombre.

Hyunjin también corría lo más rápido que podía sin perder de vista a Felix el cual, para su sorpresa, era muy resistente, pues si para él era difícil correr ese terreno con las botas militares, para Felix debía estar siendo toda una tortura el pisar sin protección alguna.

La mandíbula le dolía, pero no había manera que lo dejara escapar. Vio su oportunidad cuando Felix trastabillo con un viejo pedazo de rama, perdiendo el equilibrio por un momento. Cosa que le dio ventaja para alcanzarlo y de un jalón en la playera, hacerlo caer de frente al suelo.

Felix soltó un quejido al solo alcanzar a amortiguar la caída con sus brazos y enseguida pudo sentir el peso del hombre sobre él, por lo que comenzó a moverse para liberarse.

—¡Suéltame! —Lo empujó con un codazo que impacto en las costillas de su captor.

Hyunjin ignoró el golpe y volvió a jalarlo de la playera, ahora dándole la vuelta para ponerse sobre él, con las piernas a los costados de sus caderas y sus manos intentando inmovilizar los brazos de Felix quien no dejaba de dar manotazos.

PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora