21. Hablar Sin Palabras

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Las siguientes semanas fueron difíciles de distintas maneras, en especial para Felix que tenía que acostumbrarse a una nueva vida, en un nuevo lugar, tratando de dejar atras el pasado y los traumas que en el se forjaron.

Sus sesiones de terapia regular las había complementado con sesiones de terapia sexual. Tuvo que cambiar de terapeuta 2 veces pues con las dos primeras las cosas no habían fluido como quería, se sentía mas una sesion de lastima que una donde realmente le fueran a ayudar.

No fue hasta que tuvo su primer sesión con la tercera de las terapeutas en su lista que de verdad se sintió cómodo y vio que realmente le seria de ayuda pues enseguida le ofreció una solución para que su mente dejara de asociar a Hyunjin con su secuestrador en momentos íntimos y vulnerables como el sexo.

Está fue ponerle una cara clara a su secuestrador. Segun su teoría una vez le pusiera un rostro a su captor ya no estaría en el debate mental de pensar si alguien era o no esa persona. Esto no solo lo ayudaría con Hyunjin sino también con cualquier otra persona que tuviera rasgos similares, con ésto estarían buscando disminuir las posibilidades de ataques de pánico debido a confusiones infundadas.

La descripción de su secuestrador le llevo un par de sesiones, no solo con la terapeuta sexual sino también con la regular pues era algo que lo ayudaría en todos los ámbitos de su vida. La razón de tardarse fue que el hecho de recordarlo y describirlo lo mas detallado posible también hacia que reviviera los sucesos que le hizo pasar, pero al final de mucho esfuerzo lo pudo lograr.

Con el retrato hecho por un ilustrador al fin pudo ponerle rostro a la persona que le había echo tanto daño. Sabía que quizás ese no era el rostro real más prefería convencerse de que si lo era y así apaciguar su cabeza al tener una clase de certeza entre tantas dudas.

El darle rostro a su captor solo fue el principio de un largo y problemático camino para dejar sus traumas e inseguridades atrás. Con cada sesión salían a relucir sus miedos más íntimos y que lo hacían sentir tan vulnerable a la hora del acto sexual.

Felix descubrió que mas que tenerle miedo a tener sexo con alguien lo que de verdad le aterrada era el hecho de sentirse insuficiente, sucio y roto. Sentía tanto asco de su propio cuerpo que había sido marcado por las manos de ese sujeto que creía que era insípido y poco deseable para alguien más.

Porque ¿quién querría estar con alguien que esta tan roto?

Esos sentimientos de autodesprecio eran lo primero que debía eliminar si quería vivir una vida plena en el ámbito sexual y amoroso. Sentirse bien consigo mismo era lo principal si quería avanzar en su relación con Hyunjin o con cualquier otro.

El proceso iba a ser largo y doloroso, pero esperaba que lo resultados valieran la pena. Aunque claro en la espera muchas cosas estaban pasando en su relación con el mayor quien desconocía que Felix tomaba terapias sexuales además de las regulares.

La mudanza a su departamento fue la primera de las cosas de las que debían adaptarse. Una cosa era verse unas horas y una muy distinta era convivir 24/7 en un mismo espacio.

Sus malos hábitos, diferentes actitudes y manías fueron algo que inevitablemente salieron a la luz y les hicieron ver un lado que desconocían del otro.

Mas eso no fue un problema en si, el verdadero problema entre ellos era la barrera invisible que Felix seguía poniendo entre ambos a la hora de la intimidad, formando un límite que no le permitía a Hyunjin pasar más alla de besos cortos, abrazos suaves y caricias superficiales pues cada vez que las cosas cobraban un poco de intensidad Felix se apartaba de inmediato causando en el mayor una frustración infinita que lo estaba llevando a su límite.

PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora