13. Mío, sólo mío.

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Al día siguiente, Felix despertó más descansado que el día anterior, la pastilla había servido para que pudiera dormir sin tener las terribles pesadillas.

Mas el miedo de despertar en cautiverio lo seguía aquejando como las mañanas anteriores, ese sería un sentimiento que seguramente tendría por mucho tiempo sino es que toda la vida.

Durante todo el día se trató de mantener lo más ocupado posible, haciendo los pagos de servicios, limpiando lo que había quedado pendiente y desechando todo aquello que ya no necesitaba. En fin, manteniendo su mente ocupada en cualquier cosa menos en los doloroso recuerdos de los meses anterior.

Durante la tarde recibió un mensaje de Hyunjin avisando que pasaría por el cerca de las 9 de la noche. Por alguna extraña razón la cita con él lo tenía nervioso y no solo por el hecho de saber sobre su residencia sino también por simple razón de verlo.

Aunque Felix se negara a admitirlo en voz alta, dentro de él sabía que Hyunjin empezaba a interesarle y un cariño se comenzaba a formar dentro de su corazón. Esto lo asustaba un poco, no quería hacerse falsas ilusiones ya que después de todo lo que vivió y de como fue ultrajado por su secuestrador, no sé sentía digno de nadie. Mucho menos de un hombre tan preparado, elegante y apuesto como lo era Hyunjin, hacerse la idea de llegar a algo más con él en un futuro era algo que se veía demasiado lejano para la mente de Felix por eso mismo desistió de siquiera pensarlo.

Para cuando Hyunjin avisó que estaba abajo esperando, Felix ya estaba listo solo se vio una última vez en el espejo de su habitación comprobando que se viera bien antes de tomar sus llaves y celular para bajar.

—Buenas noches —saludó al ingresar al auto.

—Buenas noches, Lixxie —le respondió con una amable sonrisa —. ¿Cómo estuvo tu día?

—Algo ocupado, pero bien. ¿Y el tuyo?

—Que bueno —Encendió el auto —. El mío estuvo muy atareado, dos cirugías de tumores cerca de la médula espinal —resopló —. Acabe muy cansado.

—¿De verdad? Entonces debería descansar, podríamos hablar otro día —ofreció..

—No es necesario —Sonrió con la vista en la carretera —. Claro, si no te importa que cenemos en mi departamento. Acabo de salir del hospital y necesito un baño con urgencia.

—Por mi no hay problema, si quiere puedo cocinar para los dos.

—No será necesario —denegó —. Podemos pedir algo mientras me baño y después charlar sobre lo de tu residencia.

—Para mi no sería problema cocinar para ti —Posó su mano en el muslo de Hyunjin por unos segundos —. Sería bueno devolverte un poco de todo lo que has hecho por mí.

—Si insistes tanto terminaré por aceptar —Reprimió la sonrisa socarrona que quería hacer al sentir que cada vez Felix caía en sus encantos —. Soy debil ante tí.

Felix no supo que decir solo agachó la cabeza y junto sus manos en su regazo, jugando con sus dedos el resto del trayecto que duró relativamente poco, pues el Penthouse de Hyunjin estaba bastante cerca.

—Tomare una ducha mientras llega la comida —Dejó su chaqueta en el perchero de la entrada —. ¿Qué te gustaría comer?

—Te dije que podía cocinar —Colgó también su chaqueta —. Mientras te bañas puedo hacer algo rápido.

—Y yo te dije que no —Lo empujó levemente con su mano en la espalda baja para que se adentrara en el lugar —. Ya será para otra ocasión.

«¿Otra ocasión?»  analizó Felix mientras avanzaba a través del corto pasillo que los llevó a una sala amplia de decoración minimalista, pero elegante «Eso quiere decir que volveremos a reunirnos aquí.» por alguna razón esa idea lo hizo sonreír.

PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora