12. Secuelas

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Cansancio y agobio era lo único que se reflejaba en el rostro de Felix aquel domingo. Después de despedirse de Hyunjin intentó conciliar el sueño, sin embargo; los pensamientos confusos y los recuerdos del pasado le impidieron dormir o en su defecto hacerlo por mucho tiempo, aún con los ojos cerrados y la mente "apagada" regresaban a atormentarlo en forma de pesadillas.

Horribles pesadillas donde volvía a su cautiverio, donde su cuerpo era aprisionado entre el más grande del enmascarado quien lo profanaba una vez más, ahora con mayor saña y coraje al estarlo castigando por huir de él. Susurrando a su oído que nunca sería libre, que siempre le pertenecería.

Pesadillas donde su voz no salía, donde sus manos no se movían para luchar ni siquiera podía llorar. En todas y cada una de ellas se veía a si mismo hecho un monigote de trapo que era usado sin consideración alguna. Y en ninguna podía hacer algo más que observar.

Repetidas ocasiones despertó con la frente empapada en sudor, las manos temblando y la respiración agitada intentando contener aire en sus pulmones, pero fallando enormemente a tal punto que sentía que se ahogaba.

Después de la tercera vez que se vio atrapado en ese bucle de pesadillas decidió que era inútil tratar de dormir. Su mente no lo dejaría en paz por esa noche y dudaba que algún día lo hiciera.

Por eso cuando el sol apareció nuevamente en el cielo, él ya había avanzado a limpiar gran parte del departamento, 6 meses acumulados de polvo y suciedad no salen tan fácil como podía parecer.

Además que debía ir a surtir la despensa si o si, nada de lo que había seguía sirviendo mas que para atraer bichos y un mal olor.

El día anterior se había olvidado por completo de hacer el supermercado, se distrajo con el banco y el salón de belleza y también estuvo lo de la cena en el departamento del doctor Lee.

No podía quejarse, después de todo disfruto mucho la compañía de su mejor amigo, el novio de este y el doctor Hwang. Fue realmente agradable y lo hizo olvidarse por unas horas de sus problemas.

Recordando la alegre velada, Felix se puso a pensar también en su situación con el doctor Hwang. Después de lo que había pasado la noche anterior no podía poner en duda que la atracción de parte de Hyunjin aún existía. Y él, por su parte no podía negar que también lo encontraba atractivo, sería un ciego si se negara a ver lo obvio.

Más eso no quería decir que el sentimiento no lo abrumara, despues del resiente trauma debería tener un sentimiento de rechazo hacia cualquier afecto demostrado por otro hombre. Sin embargo; y para su propia sorpresa, no era así lo único que le causaba verdadero pánico hasta el momento era el estar sólo.

Vivió 6 meses prácticamente aislado de todo, incluso de la misma compañía de su secuestrador, por lo tanto la mayor parte del tiempo estuvo solo con su mente y eso no siempre era bueno, pues muchas veces uno mismo es su mayor enemigo.

Ahora lo que menos quería era estar solo e irónicamente era lo único que podía estar. Su mejor amigo estaba haciendo sus planes junto a la persona que quería, no podía pedirle que modificara su estilo de vida a raiz de sus propias necesidades, Felix nunca fue un egoísta y no empezaría hacerlo a pesar de las circunstancias.

Por otro lado, su otro mejor amigo lo había traicionado con nada más ni nada menos que su novio. Lo que no solo lo dejaba sin su compañía, sino que también con un profundo sentimiento de resentimiento y coraje hacia ellos. Coraje que nunca antes había llegado a sentir por nadie y que ahora sentia que lo carcomia por dentro a tal punto de sentir su sangre arder por sus venas cuando recordaba aquellas fotos que le abrieron los ojos y que a su vez fueron las causantes de dejarlo tan indefenso para aquel primer abuso. Indirectamente Jeongin y Seungmin también fueron participes de sus desgracias en aquellas cuatro paredes o por lo menos eso pensaba Felix.

PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora