Extra: Un Pacto Eterno

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Su reconciliación fue algo que no tomó por sorpresa a casi nadie. Sus amigos y conocidos sabían que se amaban, no sabían los motivos de su separación, pero confiaban en que tarde o temprano arreglarían sus problemas y volverían a estar juntos.

Por eso cuando después de varios dias donde no tuvieron noticias de Hyunjin, esté apareció de la mano de Felix quien otra vez portaba el anillo de compromiso, todos los felicitaron.

Tan solo un mes después la ceremonia de casamiento estaba organizada, pues ningúno de los dos quería esperar más. Ya lo habían pospuesto por bastante tiempo, era hora de unir sus vidas para siempre.

La ceremonia sería como había sido prevista desde un principio, antes de que todo se fuera a la basura. Una ceremonia íntima en Australia, solo con sus amigos más cercanos. Con una pequeña, pero elegante recepción dónde celebrarían su unión civil.

Y tal como lo habían planeando realizaron la ceremonia al atardecer en la playa, un juez los unió ante la ley y antes de que se ocultará el sol eran oficialmente esposos.

El feliz matrimonio Hwang Lee.

La recepción los recibió con comida deliciosa, música en vivo y una variedad de cócteles para entrar en ambiente. Tanto Felix como Hyunjin estaban más que felices disfrutando de compartir su unión con sus allegados. Habían pasado por mucho para poder llegar a ese punto y solo deseaban que su felicidad no acabará.

Por eso no dudaron en festejar bailando, riendo y brindando con sus amigos quienes no dejaban de felicitarlos y darles sus mejores deseos.

Aunque la boda fue perfecta, desde la ceremonia hasta la recepción y la noche de bodas. Ambos tenían algo más planeado, algo que los uniría a un nivel superior y que reforzaría el lazo que ya los unía.

La noche siguiente a su boda civil, Hyunjin y Felix se reunieron en la playa. Justo en el mismo sitio donde meses atrás se habían dicho adiós pensando que sería para siempre.

Ambos vestían con pantalones y camisas blancos, sus pies descalzos y en sus manos los relucientes anillos de oro que eran el símbolo material de su reciente unión.

La noche era hermosa, una luna llena resplandeciente alumbraba el cielo. Las estrellas le hacían compañía formando en conjunto un cielo nocturno precioso, digno de una foto para enmarcar.

Debajo, el mar estaba en calma, las olas eran suaves pegando a la arena en apenas una sutil caricia. Además la época del año hacia el agua calida y agradable al tacto aún siendo de noche.

Por eso no hubo problema cuando, tomados de la mano, se adentraron al mar hasta que el agua los cubría hasta las rodillas. Estando ahí se pusieron frente a frente y con sus miradas conectadas dieron inició al ritual.

Dicho ritual los uniría por la eternidad gracias a un lazo de sangre y una juramento de amor eterno que trascendería por la eternidad. Aún después de sus muertes.

—Está noche, bajo esta luna llena y en esté lugar que alguna vez vio nuestro fin. Quiero dar inicio a lo que resta de mi vida a tu lado —empezó a decir Hyunjin —. Con éste acto quiero unir nuestras vidas más allá de lo terrenal y de la ley de los hombres que es efímera y frágil. Porque mi amor por tí es tan grande que quiero que trascienda a través del tiempo y que sin importar que está vida se acabe seguiré amándote en las siguientes. Teniendo la certeza de que gracias a éste juramento lograré encontrarte en todas y cada una de nuestras siguientes reencarnaciones.

Dicho ésto sacó de su bolsillo una pequeña navaja, extendió su mano izquierda enfrente de ambos y colocó la punta del objeto punzante en la palma. Todo ésto ante la atenta mirada de Felix quién no quería perderse ni un solo segundo de lo que estaba pasando.

PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora