19. Colapso

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Lo siguiente que paso Felix lo vivió como si estuviera viendo una película, era como si su alma hubiera abandonado su cuerpo y todo pasara frente a sus ojos sin poder saber si era realmente cierto todo aquello que veía.

Los doctores llegando corriendo, las enfermas sacándolo y él solo teniendo en su mente la imagen de la última sonrisa de Jeongin antes de que su corazón dejara de latir.

Cuando llegó a la sala de espera no hizo falta decir nada, su semblante descompuesto, lágrimas imparables y estado de shock fue más que suficiente para que todos supieran lo que había pasado desatando así el caos entre los presentes.

Solos bastaron unos minutos más para que los doctores salieran a confirmar aquello que todos ya sabían.

Jeongin había muerto.

Felix no fue el único al que lo afecto su muerte, los padres del menor quedaron deshechos tanto como para tener que dormir a la mamá pues su crisis fue tan fuerte que los doctores temieron que sufriera un infarto.

Jisung tuvo que ser sedado por Minho después de lo alterado que se puso al recibir la noticia. Seungmin solo se dejo caer al piso abrazando sus piernas mientras murmuraba palabras que solo él entendía y no fue hasta que Bangchan llegó, después de ser avisado por Hyunjin, que logro que esté volviera en sí para poder sacarlo de ahí y llevarlo a un lugar donde pudiera tranquilizarlo.

Felix fue llevado por Hyunjin de regreso al departamento una vez el padre de Jeongin regreso de con su esposa para hacerse cargo de todo, declinando la oferta de Hyunjin de ayudarlo con los preparativos fúnebres.

En todo el trayecto Felix se mantuvo callado, sus ojos nunca dejaron de derramar lágrimas silenciosas aún cuando su mente permaneciera divagando en recuerdos pasados mientras veía por la ventanilla.

Recuerdos que lo llevaban a un lugar feliz donde no sentía que el aire le faltaba ni el pecho le dolía como si una daga estuviera enterrada en su corazón.

En ese lugar era feliz, en ese lugar aún podía sentir los brazos de Jeongin abrazándolo mientras le decía palabras bonitas al oído, o podían perderse entre risas en esas tardes de osio en que el tiempo se pasaba volando y juntos los cuatro solo se tenían mutuamente para hacerse sentir bien.

En ese mundo subconsciente Jeongin aún estaba vivo, aún sonreía, cantaba y hablaba de sus sueños de ser un gran cirujano obstetra o pediátrico, con sus ojitos iluminados y esa seguridad inigualable.

En ese mundo él no se había ido y no habían tenido que sufrir todos esos últimos meses.

Lastima que era un mundo que solo existía en sus recuerdos, así como muy pronto lo haría Jeongin.

Ni siquiera pudo dormir a pesar de la insistencia de Hyunjin porque descansará un poco. Las últimas horas antes de que amaneciera se la paso sentando en el sillón del departamento del mayor, recargado en el hombro de esté mientras ambos guardaban silencio.

Cuando la mañana llegó Hyunjin solo logro que el menor tomara un poco de leche y un trozo de pan tostado, Felix se negaba a pasar comida y parecía ido, como si no estuviera realmente ahí. Lo único en lo que le hizo caso fue en ir a su departamento para cambiarse de ropa e ir al velorio una vez cayó la tarde.

La verdad era que no le apetecía hacerlo, mas sería una total falta de respeto el no presentarse a dar sus condolencias como era debido.

Sabía que sería duro, pero no se imagino cuanto pues al llegar su piernas flaquearon al ver la imagen de Jeongin expuesta en el centro del lugar. La fotografía irradiaba esa alegría que el menor desprendía a cada paso, desde sus ojos rasgados a medio cerrar hasta la sonrisa completa que dejaba ver sus hoyuelos marcados y sus perfectos dientes blancos.

PerdiciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora