— ¿Gabriel?..., ¡qué haces aquí! ¡Maldito pervertido! — Anika cae en cuenta que solo llevaba la ropa interior encima, toma las almohadas de su cama y empieza a lanzárselas al gato, pero este las esquiva con bastante facilidad, el gato baja de la ventana y Anika coge rápidamente el abrigo que colgaba del perchero para cubrirse.
— Perdón, no era mi intención espiarte — habla el gato —, vine para pedirte disculpas — Anika se le queda viendo por un buen rato.
— ¡Ja! ¿Pedirme disculpas? — su voz sonaba escéptica —, ¿acaso es el fin del mundo? — Gabriel regresa a su forma humana y se le queda mirando a los ojos.
— Perdóname, creo que fue grosero de mi parte hablarte de ese modo.
— Cómo sea, disculpa aceptada — Anika empieza a recoger las almohadas que habían en el suelo.
— ¿Estás bien? Puedo ayudarte a curar las heridas — Anika mira sus brazos cubiertos por las mangas de su abrigo y va hasta el cuarto de baño, de allí saca un botiquín, se sienta en la cama y suelta un largo suspiro.
— Es lo mínimo que deberías hacer ya que por poco me dejas morir allá — le reclama. Anika se saca el abrigo de encima y se lo coloca sobre sus piernas.
Gabriel empieza a curarle las heridas de sus brazos, eran demasiadas, por eso llevaba bastate tiempo en eso, pero en todo ese rato no pronunciaron ni una palabra, Anika no podía evitar sentirse un poco incómoda. «Había un demonio en su habitación, y le estaba curando las heridas».
— Lo recuerdo todo — soltó Anika de un momento a otro. No sabía la razón, pero sentía que debía decírselo, él tenía que saberlo.
— ¿Disculpa? — Gabriel levanta la mirada desconcertado porque no sabía a qué venía eso.
— Recuerdo todo lo que pasó después de haberme desmayado, recuerdo perfectamente cada una de las palabras que te dije, también me acuerdo de haber peleado contigo —Anika voltea a mirarlo, sin duda alguna lo había dejado sin habla, Gabriel estaba completamente sorprendido.
— Espera un momento, si lo puedes recordar todo, ¿por qué actuaste como una persona diferente? — Gabriel no lo entendía, no tenía sentido.
— Es lo que no entiendo, en esos momentos no puedo tomar mis propias decisiones, es como si alguien más lo hiciera por mí. No puedo controlar mis acciones pero sí soy consciente de lo que hago, así que puedo recordar esos momentos.
— Es por eso que tienes miedo de dejar salir todo tu poder, tienes miedo de perderte a ti misma — Anika aparta la mirada de Gabriel y se dedica a mirar a través de la ventana —, ¿cuántas veces ha ocurrido esto? — Anika divaga un poco antes de responder.
— Solo 3 — responde Anika llevándose una mano al cabello.
— Hoy, cuando te encontraste conmigo la primera vez ¿y...?
— Cuando murió mi padre — sentencia Anika, Gabriel se calla de repente, eso indicaba que posiblemente ella lo había asesinado. Anika se toma su tiempo para empezar a hablar —. Mi madre me había entrenado desde que tenía 6 años, claro que con ayuda de mi padre, tenía que aprender a luchar cuerpo a cuerpo y mi padre se encargaba de ayudarme. Él al casarse con mi madre conocía todo ese mundo de diosas y demonios. Cuando cumplí los 10 años, mi madre me obligó a entrenar más duro, estaba obsesionada, decía que debía ser la mejor guerrera que podía haber existido, la mejor diosa, una completa heroína.
»¿Y sabes? Mi mamá al haber sido una diosa, todavía tenía algunas percepciones, todavía podía darse cuenta que yo nunca usaba todo mi poder en los entrenamientos. Una tarde que estaba entrenando junto a mi padre, ella llegó completamente enfurecida, yo solo tenía 10 años — Anika suelta una risa amarga —, a pesar de mis súplicas y mis llantos, me obligó a sacar todo mi poder, me perdí en ese momento... No me reconocía y quería acabar con todo, mi padre intentó detenerme, pero haberse cruzado en mi camino le hizo perder la vida... De ahí no recuerdo nada, no recuerdo cómo fue que mi madre logró detenerme, mi memoria decidió omitir esa parte — Anika se lleva sus palmas de las manos a sus ojos.
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El destino de Anika ©
FantasyAnika lleva la descendencia de generaciones de diosas, pero aún en este año viven los demonios que han luchado por siglos contra la gran Diosa Anika; aunque ella quiere librarse de aquel destino que la encadena, su madre no se lo permite. Anika se e...