XXVI

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Zacarias apenas había despertado, ya pasaban 6 días desde que había caído inconsciente. Se sentía mal por haber obligado a Anika cambiar sus planes, todo porque no era un hechicero lo suficientemente fuerte.

— ¿Cómo te sientes? — Anika le mostraba una sonrisa amable, y él se le queda viendo su cabellera negra. Era realmente hermosa. Zacarias se incorpora para verle mejor.

Entonces nota que había alguien más detrás de ella, una silueta de hombre se ve claramente, ¿era el estúpido de Immanuel? No, era Asta Naan.

— ¿Qué hace él aquí? — es lo que responde Zacarias a cambio, haciendo caso omiso a las palabras de Anika. Ella mira hacia atrás y ve a Gabriel ahí de pie.

— Descuida, él no te va a lastimar...

— No me agrada — sentencia el hechicero, Gabriel suelta una carcajada ruidosa.

— Es mutuo, tampoco me agradas, chico. Y solo te estoy dejando vivir porque Anika te aprecia.

— Te equivocas, tú ya estarías muerto si tuviera mis capacidades por completo. Yo soy el que te hago el favor de dejarte vivir, Asta Naan — Gabriel da grandes zancadas hacia Zacarias, y Anika no alcanza a detenerlo. Gabriel agarra del cuello a Zacarias y lo acorrala contra la cabecera de la cama.

— ¡Suéltalo! — le grita Anika y agarra el brazo de Gabriel para apartarlo de Zacarias, sin embargo este no cedía.

— No me llames, así, bastardo.

— ¡Ja! Qué tan predecibles son los hermanos Asta — Zacarias escupe las palabras mientras intentaba respirar.

— ¡Paren los dos! — Anika estaba desesperada, parecía que de verdad alguno iba a matar al otro.

— No seas insolente, no pertenezco a esa asquerosa familia — la voz de Gabriel era seria y fría. La mirada de Zacarias parecía más bien divertida. Gabriel decide soltar al hechicero y este por fin respira con comodidad —. No olvides que tu raza siempre estará por debajo de la mía — esta vez, Zacarias es quien ríe.

— No puedes decir aquello en tu posición, eres mitad humano, incluso estás por debajo de los hechiceros — Gabriel resopla y sale de la habitación.

— No seas tan duro con él — le reprende Anika —. Gabriel estaba dispuesto a llevarse bien contigo, pero empezaste a atacarlo, ¿así son todos los hechiceros?

— Deidad, es una guerra que nunca vas a entender. Así que no pretendas que me lleve bien con ese tipo, y mucho menos con alguno que sea familiar de Asta Hong.

— Pero Gabriel también fue engañado por Asta Hong — Anika de verdad quería que ambos se llevasen bien, porque necesitaría que los dos estuviesen a su lado, porque no quería perder a ninguno —. Immanuel ya no está, así que no te molestará, podrás estar más tranquilo — continúa hablando Anika, pero Zacarias no parecía sentirse completamente a gusto.

— Es agradable escuchar eso, pero aún no lo entiendes del todo, deidad Anika. Asta Naan se interpone en mis planes, y no es de mi gusto estar a su lado.

— Zacarias, pero él es a quien amo...

— ¡Y por eso no me agrada! — Zacarias se lleva una mano a su cabeza para tratar de tranquilizarse un poco. Si no estuviese Asta Naan, él podría haber amado plenamente a Anika, y tal vez, ella le hubiese correspondido a ese amor. Pero el joven hechicero sabía por completo que ahora era difícil que Anika se olvidara de Gabriel, incluso si este muriera —. No sabes la cantidad de veces que pensé en matarlo — Anika le mira con horror —. Pero no pude porque sabía que eso te lastimaría. Deidad Anika, sé que no puedes corresponder a mis sentimientos, pero te pido, que por favor los aceptes. No quiero incomodarte ni mucho menos, pero al menos déjame mostrarte mi amor — Zacarias suelta un suspiro desolado —. Me siento mucho mejor al decirte todo esto, pero no espero una respuesta ahora — Anika le toma la mano al hechicero y este se sorprende.

El destino de Anika ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora