Immanuel junto a Gabriel, habían dado con la guarida de Ujarak. Gabriel pensaba que se habían tardado más de lo que esperaba y eso lo hizo impacientarse más de lo debido, Anika podía estar ya muerta en el peor de los casos.
— ¡Hmpt! — Gabriel suelta un bufido —, ¿un gran demonio vive en una cueva? — dice cuando llegan al frente de la cueva donde se resguardaba Ujarak.
— ¿Quiénes son ustedes? — dos hombres aparecen delante de ellos mientras le apuntaban con sus lanzas — ¡Átrapenlos! — Immanuel y Gabriel reaccionan tarde, y antes de que pudieran decir algo, ya los llevaban a rastras dentro de la cueva.
— Últimamente estoy recibiendo muchas visitas — dice Ujarak al ver a Immanuel y a Gabriel delante de él. Ujarak se pone de pie de su trono y baja las escalas con su presencia imponente. Ninguno de los dos se atrevía a levantar la cabeza, la esencia demoníaca que irradiaba de él era demasiado abrumadora —. ¿Qué les trae por aquí? — pregunta con curiosidad.
— Buscamos a alguien — responde Gabriel con tono cortés.
— ¿Insinúan que tengo a alguien de rehén aquí? — suelta una carcajada y toma a Gabriel por el cuello —. ¿Quién les dio mi ubicación? ¿Acaso fue el molesto de Asta Roth? Veamos que cara pone cuando le envíe el cuerpo calcinado de sus lacayos.
— No veminos por parte de él — Gabriel pronuncia las palabras con dificultad —. Buscamos a Anika... — en cuanto escucha el nombre, Ujarak suelta a Gabriel dejándolo caer al suelo.
— Anika... ¿Por qué unos demonios se interesarían en mi hija? — habla Ujarak sin apartar la vista de los intrusos.
— ¿Su... hija? — Gabriel estaba desconcertado, después de todo el idiota de Immanuel tenía razón, le dedica una mirada a este y ve que tenía una pequeña sonrisa para él.
— No respondes mi pregunta, chico — le reta Ujarak —. Anika no posee poderes ahora, así que no les servirá de nada la recompensa por su cabeza — Gabriel empezaba a inquietarse, pero Immanuel habla primero antes de que Gabriel pueda cometer alguna estupidez.
— Gran demonio Ujarak, buscamos a su hija porque somos sus amigos — habla Immanuel lentamente —. Estábamos preocupados por ella, ya que llevábamos bastante tiempo sin poder verla — Ujarak les da la espalda y vuelve a caminar hacia su trono.
— La verdad no me interesa qué les pase — dice sentándose en la silla —. Anika vive en una pequeña aldea cruzando esta montaña; los estaré vigilando y si veo de que pretenden algo extraño, olvídense de ver de nuevo la luz del sol. Ahora fuera de mi vista.
— ¿De verdad vamos a confiar en él? — pregunta Gabriel mientras caminaban al otro lado de la montaña —. No me fio de sus palabras.
— ¿Qué obtendría él de engañarnos? — Immanuel suspira —. No todo gira alrededor de ti.
— ¿Qué crees que quiso decir con que Anika no posee poderes? ¿De verdad Ujarak es su padre? ¡Esto debe ser un maldito chiste! — Immanuel no habló más en todo el camino. Cuando llegaron al pie de la montaña, lograron divisar una pequeña aldea, tal como había dicho Ujarak. Allí debía estar Anika, así que deciden acercarse un poco más y la ven allí.
Anika recorría el inmenso pastizal mientras recogía ¿flores?
— ¡An...! — la palabra se forma en la boca de Gabriel pero no la había terminado de pronunciar.
— ¿No lo sientes, Gabriel? — Immanuel había agarrado por el brazo a Gabriel impidiendo su avance —. Hay algo diferente en ella.
— ¿Qué hay de diferente? — Gabriel seguía observando a Anika sin comprender a qué se refería Immanuel.
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El destino de Anika ©
FantasyAnika lleva la descendencia de generaciones de diosas, pero aún en este año viven los demonios que han luchado por siglos contra la gran Diosa Anika; aunque ella quiere librarse de aquel destino que la encadena, su madre no se lo permite. Anika se e...