Normalidad

326 11 0
                                    

22 de abril del 2023

Las semanas después de la semifinal de la Copa del Rey pasaron bastante rápido.

Yo dediqué practicamente todo mi tiempo al trabajo final que debía entregar en poco más de un mes. Avanzaba bastante rápido, pero me quedaba mucho trabajo por hacer, aunque pretendía terminarlo entre las dos próximas semanas.

Pasaba las mañanas en los entrenamientos cogiendo ideas y haciendo preguntas tanto a los entrenadores como a los jugadores. Por la tarde me dedicaba a ordenar y pasar toda esa información al trabajo.

Los chicos habían ganado al Chelsea, por lo que estaban en la semifinal contra el Manchester City. No podía negar que tenía mucho miedo, pero sabía que eran perfectamente capaces de ganar.

En dos semanas tenían la final de la Copa del Rey contra el Osasuna, y yo le había prometido a mi hermano estar allí.

- Me voy a entrenar, Eta luego me paso a recogerte y nos vamos a comer fuera.

- Adios, Marco. Que tengas un buen día, y saluda a los chicos de mi parte.

- Eso haré - dijo a modo de despedida.

Cuando cerró la puerta me subí a mi habitación a seguir con mi trabajo. Ya no necesitaba volver a los entrenamientos, tenia todo lo que necesitaba.

Al rato, y cuando ya había avanzado más de lo que me había propuesto, llegó a casa Sandra.

- ¿Cómo tú tan pronto? - me sorprendí.

- Me han dejado salir antes hoy. Me ha dicho Marco que nos pasemos por Valdebebas y les veamos un poco, que todos tienen ganas de verte.

- Supongo que vale, ya había terminado por hoy.

- Te espero en el coche- me dijo bajando al sótano, desde el cual podías entrar al garaje.

Me puse lo primero que vi y bajé lo más rápido posible. Ya solo llevaba una muleta a modo de bastón, lo que me hacía ir más rápido que antes.

Una vez en el coche nos fuimos hasta el centro deportivo mientras ella me contaba su día. Pasamos un rato agradable las dos solas, cosa que agradecí. Pasar tiempo con Sandra era algo que no solía hacer, pero que me encantaba. Ella se había portado genial conmigo dejándome vivir en su casa mientras estudiaba, para que no viviera sola. Al principio me negué a la propuesta de mi hermano, pero al ver las ventajas y que Sandra estaba de acuerdo acepté.

- ¿Y tú qué tal con Vini? - me preguntó al rato.

- Pues casi no hablamos en persona, pero por mensaje parece majo.

- Eso es un avance, pero tienes que hacer algo más.

- El problema es que no se qué hacer. Cuando hablamos en persona somos mucho más tímidos los dos. Si supieras la de burradas que dice por mensaje... No parece él.

- Eso es que le gustas. Si por mensaje intenta picarte le interesas, pero si en persona se corta le gustas de verdad.

- Yo no lo veo así, pero supongo que tendrás razón.

- Creeme que sí - contestó decidida.

El resto del viaje lo pasamos cantando, y cuando llegamos allí estaban jugando un partido entre ellos. Esa noche tenían partido, y no querrían agotarlos.

De todas las charlas que había tenido con Ancelotti la semana anterior había sacado en claro una cosa: el cansancio es tanto físico como mental. Por eso comprendía el porqué del partido. Era mucho menos agotador mentalmente hablando que repetir ejercicios.

Mi champions favoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora