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La Copa del Rey

6 de Mayo del 2023

Ahí estaba, en La Cartuja. Era hoy o nunca, eso estaba claro.

Desde lo lejos veía calentar a los chicos, y veía a mi hermano verdaderamente feliz, a la vez que nostálgico. Este verano se le acabaría el contrato, y tenía la impresión de que no iba a renovar.

Hoy era la final de la Copa del Rey, y yo tenía la certeza de que era nuestra.

Estaba sentada con Mina, mientras comentábamos lo grande que estaba su barriga en esos momentos.

- Todavía falta, pero ya estamos en la recta final.

- ¿Y como lo llevas?

- Pues al principio del embarazo lo pasé mal por los problemas con el bebé. Psicológicamente estaba destrozada, pero estoy mucho mejor.

- Tenemos todos muchas ganas de conocerle.

Benicio se unió a la conversación.

- Yo quiero que venga ya el hermanito para poder jugar con el al fútbol.

Mina y yo nos reímos de su comentario y continuamos con la conversación.

Cada vez que veía a Mina me imaginaba como sería ser madre, y me imaginaba ser madre junto a Vinicius. A lo mejor me estaba adelantando, porque ni siquiera habíamos hecho nada.

La verdad es que yo estaba mucho más segura con él, y ambos lo sabíamos. En varías ocasiones habíamos tenido más que besos, pero nunca había llegado a mayores.

La realidad era que yo también tenía ganas de que llegara el momento, pero eso no quitaba que no sintiera miedo también. Si después de tanto esperarlo al final no pudiera me derrumbaría. Yo era la primera que deseaba a Vinicius y le encantaría hacer de todo con el, pero no todo era así de fácil.

Los jugadores entraron en el túnel de vestuarios y a mí me llegó un mensaje de Lucas.

Julieta, necesitamos tu ayuda. Vini se ha vuelto a poner nervioso y ahora se ha derrumbado. Ven lo antes posible, por favor.

Salí corriendo del palco dirección a los vestuarios. Esa mañana había estado en su entrenamiento previo, así que me conocía un poco los caminos.

Cuando llegué estaba Lucas en la puerta esperándome, y yo pregunté preocupada que donde estaba Vinicius.

- Está dentro, pasa y le verás.

Entré y le visualicé en un asiento atándose lo cordones tranquilamente. No se le veía nervioso ni derrumbado, pero de todas formas me acerqué.

Varios jugadores habían notado mi presencia, y se quedaron observando sin saber qué hacía ahí. Vini levantó la vista y al verme sonrió y se levantó.

Definitivamente no estaba mal, y yo no entendía nada. Cuando llegué junto a él no me dió tiempo a reaccionar, y me besó frente a todos.

- ¿Pero y eso? - preguntó Luka.

Algunos jugadores ya sabían la estrategia de Vini, y simplemente se pusieron a gritar mientras Vini me devoraba.

- ¡Guarda algo para luego, Vini! - gritó Valverde.

- ¡No comáis delante de los pobres! - comentó Camavinga entre risas.

Vini les ignoró y simplemente me cogió del brazo para arrastrarme hasta una zona más alejada y escondida en el vesuario.

- ¡Uhhhh! -corearon los demás jugadores. Yo solo podía reírme por la situación.

Continuó con el beso y metió su lengua jugando con la mía.

Yo seguía un poco en shock, pero le seguía el rollo. Tras unos minutos paramos por falta de aire y él simplemente me sonrió.

- Te voy a matar.

- Necesitaba un besito de buena suerte.

- ¡Y la vergüenza que he pasado!

- Eso es lo de menos.

Iba a contestarle cuando Carlo le gritó desde lo lejos:

- ¡Vinicius, no es el momento!

- Me reclaman guapa, nos vemos luego.

Me acompañó a la salida para que no pasara yo sola delante de todos los jugadores y me dió un pico de despedida. Cuando me iba por el pasillo pude escuchar los gritos desde dentro del vestuario.

- Esta noche doble copa para Vini.

- No os paséis que es mi hermana, tíos.

- Yo no he sido, Marco.

Cuando llegué al palco de nuevo Mina me preguntó por Vini, y yo le resumí lo que había pasado. Mina y Sandra me miraron divertidas mientras yo me sonrojaba cada vez más.

***

El primer gol de Rodry en el segundo minuto nos animó bastante, y más tratándose de una final.

Durante todo el partido mis emociones parecían una montaña rusa. Cada vez que tiraban a Vinicius al suelo gritaba para protestar, y vivía cada jugada como si fuese la última.

Cuando llegó el segundo gol todos nos volvimos locos, y empezamos a abrazarnos entre todos.

El árbitro pitó el final, y a mi se me escaparon unas lágrimas de emoción. Habíamos ganado una copa, que no era ninguna tontería.

Rapidamente bajamos todos hacia el campo para celebrar con nuestra familia. Al primero que vi fue a Lucas, y lo único que me salió decir fue:

- Te voy a matar, pero ya mañana. Felicidades por la victoria.

- Vini me lo pidió, y no pude negarme.

- ¡Etaaaaa! - llegó corriendo mi hermano. Me dió un largo abrazo mientras yo me reía de su felicidad.

- ¡Muchas felicidades guapísimo! Te mereces esto y mucho más.

- Como te quiero hermanita.

- Sandra te busca, corre que luego nos vemos.

- Vini seguro que también te busca, cuidadito con lo que hacéis.

- ¡Que siiií! - le di un beso en la frente y me adentré en el campo buscando a Vini.

De repente alguien abraza mi espalda y me susurra:

- ¿Para mí no hay un beso?

- Para tí todos los que quieras, pero no aquí.

- ¡Jooo!

- Sabes que aquí no podemos, pero ya te recompensaré esta noche.

El me miró ilusionando comprendiendo lo que eso significaba.

- ¿Estás segura que quieres?

- Pues claro, bobo.

Me abrazó fuerte mientras los dos sonreíamos.

Después de eso vinieron las fotos, los vídeos y demás felicitaciones a todos. Los jugadores querían ir a celebrar pero yo me fui al hotel con Sandra para poder cambiarme para la fiesta.

Al llegar cada una empezó a prepararse lo poco que nos faltaba. El peinado ya lo teníamos hecho, y solo faltaba retocar el maquillaje. El una hora exacta estábamos preparadas.

Sandra llevaba un precioso vestido rojo ajustado y corto, resaltando su figura. Yo iba con un vestido largo de color azul, con unas deportivas blancas camufladas, porque con tacones no aguantaría toda la noche.

Cogimos los bolsos y nos encaminamos hacia el hotel de los chicos , donde se celebraría la victoria.

Esa noche prometían, y pensaba pasarla al lado de alguien muy especial, no podía desperdiciar la ocasión.