Destrozado

228 7 0
                                    

16 de Mayo del 2023

Estábamos ya en el hotel antes del partido del día siguiente. El ambiente se notaba tenso desde que llegamos al hotel. Cada vez estaba más cerca el partido, y los más nuevos no estábamos acostumbrados a esta sensación.

Estaba muy nervioso por el partido, pero aún más por Ju. Tenía mucho miedo de lo que pudiera ocurrir, y de lo que pasara con nosotros debido a ello. Un hijo no era lo que buscaba en ese momento, pero pasara lo que pasara yo estaría encantado. Al final era algo serio, pero estaba seguro de que juntos saldríamos adelante y seríamos muy felices si ella quisiera.

Ella había viajado con el equipo como psicóloga del club, pero tampoco quería presionarla mucho, por lo que no había hablado con ella. No me gustaba estar tan distanciados, pero eso era algo inevitable después de lo que había pasado.

Alguien llamó a mi puerta, por lo que me levanté de mi cama, donde estaba tumbado reflexionando, y abrí. Me sorprendió bastante verla a ella en mi puerta.

- Hola, eh... ¿Puedo pasar?

- Claro, adelante - dije yo un poco cohibido.

- He notado que no estabas abajo y como llevas desde el lunes un poco raro me han dicho que suba a hablar contigo.

- Pues creo que no hacen falta muchas explicaciones de porqué estoy así, ya lo sabes.

- Supongo que no. Bueno yo no debería decirte esto ahora pero creo que lo necesitas saber... No estoy embarazada.

Mi cara reflejó exactamente lo que sentí en ese momento, un gran alivio. En parte ne decepcioné un poco, porque ya me había imaginado muchas cosas con ella.

Me acerqué a darle un largo abrazo  que ambos necesitábamos, ya que la tensión nos había hecho distanciarnos, y ambos estábamos un poco incomodos con la situación.

- Gracias por decírmelo.

- Tenías que saberlo, creí que te relajaría para mañana.

- No quiero que lo nuestro, sea lo que sea que tengamos, se vaya a la mierda por esto. Hemos sido estúpidos pero no volverá a pasar. Perdóname por todo - dije cogiendo su cara con mis manos y mirándola.

- Yo no tengo que perdonarte por nada, Vini - me contestó demasiado cerca de mi boca.

- Pues prométeme que estaremos como antes - y la besé.

- Eso no puedo prometerlo - dijo separándose bruscamente de mi -. Esta situación me ha hecho reflexionar bastante sobre si de verdad puedo permitirme una relación en estos momentos. Igual tú tienes dinero y una casa, y gente para ayudarte, y una estabilidad, pero yo no. Yo estoy estudiando y trabajando a la vez, no puedo permitirme nada de esto, y contigo no sé si sería posible evitarlo.

Cuando hablaba parecía aún preocupada, pero no lo tomé muy enserio ya que pensé que sería por lo reciente que estaba todo.

- Bueno, ya hablaremos con más calma - dije cambiado de tema -. Entiendo como te sientes pero no puedo permitirme que te alejes.

- Yo no quiero alejarme de ti.

- ¿Bajamos? - dije con una sonrisa en la cara al escucharla.

- Sí, de hecho nos están esperando. Les dije que conseguiría que bajaras a cenar.

La cogí de la mano y ambos salimos de la habitación. Una vez en el ascensor no pude resistirme y la acerqué a mí sujetándola por la cintura.

Cuando llegamos abajo estaban todos en un gran recibidor justo a la entrada del comedor. Ella se alejó con el resto de trabajadores que nos acompañaban. 

- Espero que mañana no estés mal Vini, te necesitamos - se acercó Benzema.

- Estoy mucho mejor, aunque no es mi mejor época.

- No te preocupes, todo se solucionará.

- Eso espero - dije pensando el lo lejana que se estaba volviendo Ju.

Pasamos todos al comedor y ella se sentó con los entrenadores más jóvenes, y no pude evitar sentir celos por no poder estar con ella. Era estúpido pero cada vez que la veía y no estaba conmigo me entraban celos.

La cena pasó rápido, y pronto me fui a dormir para estar perfecto para el día siguiente.

***

Estaba devastado.

No había sido una derrota cualquiera, sino una goleada en semifinales. Era cierto que habíamos jugado muy mal, pero esto era otro nivel de humillación. Nadie había intentado remontar algo, o al menos intentar aguantar el partido y no rendirse.

Y ahora estábamos fuera de la Champions.

Estábamos todos en el vestuario en silencio, y yo estaba a punto de llorar. Nadie se atrevía a decir nada, y solo se escuchaba el ruido de las duchas de los más rápidos en entrar al vestuario.

Cuando entró Julieta yo estaba cabizbajo en una esquina del vestuario, y ni por ella pude levantar la vista. Solo escuchaba de fondo su breve discurso de ánimo mientras mi mente viajaba por el desastroso partido. No sé en qué momento se sentó a mí lado mientras yo comenzaba a llorar.

- Lo has intentado, eso es lo importante.

- No, lo único que importa es que estamos fuera, que hemos perdido.

- Sabíamos que podía pasar, ya no vale lamentarse.

Yo seguía llorando mientras ella me acariciaba la espalda suavemente. Al parecer era el único que estaba llorando, a los demás parecía no importarles. Ella me levantó la cabeza para que le mirara a los ojos, y yo me quedé imnotizado con estos.

- Permítete estar mal esta noche, luego volverás a lo que eras y te centras en los partidos que quedan.

- Esos partidos ya no sirven de nada, ya no podemos ganar La Liga.

- Pero podéis no perder vuestro honor, que es lo que vais a hacer.

La abracé y rompí a llorar en su hombro. Ella me devolvió el abrazo mientras me intentaba calmar.

Al parecer en todo el tiempo que estuve llorando con Julieta los demás jugadores ya se habían duchado, y solo faltaba yo.

- Vinicius, o te duchas ya o nos vamos sin tí - me dijo Ancelotti delante de todos.

Yo solté un bufido mientras cogía mi ropa y me dirigía a las duchas. Por el camino escuché a Ancelotti hablando con Julieta.

- Necesita asimilarlo, está destrozado.

- Quédate con él, te necesita más que a nadie.

- Puedes estar tranquilo, no le dejaré solo.

- ¡El resto, nos vamos! - fue lo último que escuché decir a Ancelotti antes de que todo el equipo saliera del vestuario.






Mi champions favoritaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora