Sinceridad

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12 de Mayo del 2023

- ¡Feliz cumpleaños! - grito despertando a Julieta.

- Vini... - dijo ella en modo de queja.

- ¿Qué tal ha dormido la cumpleañera?

Se rovolvió entre las sábanas perecosa mientras yo intentaba despertarla.

- Déjame dormir.

- Es tu cumple, tenemos que aprovechar tu día. 

Ella se tapó con la sábana hasta arriba, y yo intenté destaparla, pero no me dejaba.

- Venga que tengo una sorpresita para tí.

Se destapó de golpe y me miró sonriendo.

- Buenos días, eh.

- Buenos días, brasileño guapo - me dió un beso largo.

- Me encanta que hagas eso.

- A mi me encantas tú.

- ¿Cómo nos hemos despertado, no?

- Pues mejor que nunca, contigo al lado.

Ambos nos reímos y por fin nos levantamos. Se puso una camiseta mía y bajamos al salón. Al llegar la senté en el sofá y le di un beso rápido.

- Quédate aquí quieta que vuelvo en un rato.

- ¿Yo sola?

- Sí, tú sola. Ponte algo en la tele o coge mi móvil que me da igual.

Y me fui a la cocina a preparar un desayuno de cumpleañera. Estaba casi más emocionado que ella por su cumpleaños.

Empecé a preparar el desayuno y cuando terminé lo coloqué todo en una bandeja, con la carta que tenía preparada desde hacía días.

- Un desayuno para mi española favorita - dije mientras le colocaba la bandeja en las piernas y me sentaba a su lado.

- Por fin vuelves, que ya me estaba aburriendo.

- Pues ya no te vas a aburrir más. Antes de desayunar quiero que leas esta carta.

Ella me miró sonriendo y cogió la carta. He de confesar que estaba nervioso, muy nervioso.

Empezó a leer la carta en voz alta.

Querida Ju:

No se ni por dónde empezar a agradecerte lo mucho que haces por mí. Siempre estás dándome las gracias por todo pero hoy me toca a mí.

Cuando te conocí me pareciste muy curiosa, muy tú. Siempre estábas ahí para quien lo necesitará con una gran sonrisa, y lo que yo no sabía es que te necesitaría a tí. Cuando empezamos a hablar yo no creía que pudiera llegar a sentir lo que siento por tí, pero aquí me tienes diciéndote lo que siento. Porque por fin puedo decirte toda la verdad, que estoy enamorado de tí.

No quiero presionarte ni hacerte pensar cosas que no son, pero me encanta tenerte a mi lado, y no puedo estar sin tí.

Se que es un poco pronto para tener nada serio, pero quiero que sepas que quiero intentarlo y que estemos juntos. Quiero llevarte a mis partidos y que lleves mi camiseta, presumirte delante de mis compañeros, salir de fiesta contigo, hacer planes juntos, dormir juntos y todo lo que tú me pidas.

De verdad que te deseo lo mejor y si es a mí lado pues genial, y que juntos encontremos lo que los dos queremos. Dejémonos fluir hasta encontrarnos y ser felices.

Gracias de corazón por llegar a mi vida cuando más te necesitaba, y por no irte.

Te quiere mucho,

El amor de tu vida.

Y ya estaba llorando.

Yo también me había emocionado mientras leía la carta, pero lo de ella ya era otro nivel. La abracé y estuvimos así durante un largo rato en el que pude oler su aroma que tanto me gustaba. Cuando se separó me miró a los ojos y me besó. No hizo falta nada más para entendernos, eso lo decía todo.

No tenía claro hasta donde llegaríamos, pero si era junto a ella no me importaba el destino.

- Es preciosa, Vini. De verdad que no sé qué decir.

- No hace falta que digas nada, ya me has dicho todo.

- Eres el mejor.

- Porque tú me ves con buenos ojos - y nos volvimos a besar.

- Vini, yo...

- ¿Qué pasa?

- Si de verdad quieres intentarlo creo que tengo algo que contarte.

- Lo que sea, yo siempre te voy a escuchar.

- Es algo bueno, no te asustes. Resulta que hace unos días estuve en las oficinas del club porque Lucas me dijo que Florentino quería hablar conmigo.

- Algo sabía.

- La cosa es que me ofrecieron un puesto de trabajo.

- ¡Enserio!

- Si, como psicóloga.

- Esque no hay nadie mejor que tú.

- Pues que sepas que todo es gracias a tí. El día que bajé a animarte parece ser que les gustó.

- No digas tonterías, todo lo has conseguido tú sola.

- Bueno, a lo que yo iba - dijo ignorando mi comentario -. Tengo dos opciones: sola la pretemporada o toda la temporada.

- ¿Y qué vas a hacer?

- No lo se. Sabes que es probable que mi hermano se vaya la próxima temporada, pero yo no tendría porqué irme con él. Me da miedo quedarme sola, nunca me he separado tanto de toda mi familia, pero creo que es el momento de pensar en mi futuro.

- Claro que sí, además no te quedarías sola.

- No es tan fácil.

- Claro que lo es, yo estaría contigo.

- ¿Y si lo nuestro no funciona?

- Al menos la habremos intentado. ¿Por qué no te vienes aquí conmigo?

- ¿Me estás proponiendo vivir contigo?

- No tiene que ser ahora, pero podemos intentarlo. Yo estoy dispuesto a intentar algo contigo, pero no tenemos que ir tan deprisa. Puedes venirte conmigo y veremos lo que surge.

- De verdad que me encantaría Vini, pero pueden salir muchas cosas mal.

- Y mucha bien.

- Bueno, déjame pensarmelo.

- Entonces, ¿vas a aceptar el trabajo?

- Yo creo que sí.

***

No sé cuánto rato estuvimos entre besos, caricias y el desayuno, pero cuando terminamos ella subió a vestirse para pasar por su casa.

Esa mañana entrenaba, por lo que recogí también a Marco al pasar. Le había pedido a Ju que fuera a verme entrenar, por lo que aprovechó para coger el contrato y entregárselo a Florentino. Todavía no me había dicho por cual se había decidido, pero eligiera lo que eligiera yo estaría feliz por ella.

Me encantaba la idea de tener a Ju todos los días en la ciudad deportiva, y esperaba que nuestra cercanía no fuera ningún problema para su trabajo.

Cuando llegamos a Valdebebas nos despedimos de Ju para ir a los vestuarios mientras ella iba a las oficinas.

El entrenamiento todos me preguntaron por ella para felicitarla, y al rato apareció en la grada. Me gustó saber que había ido a verme a mí, y entrené mucho mejor que de costumbre.

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