Las Enseñanzas de Siur

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Mientras volvían a la ciudad en el autobús, a un lado en el camino, Samara contemplo a una niña pequeña que apareció en medio de la neblina mientras iban saliendo de aquel lugar, la vio con su carita redonda muy sucia al igual que sus rodillas y sin zapatos, de unos 3 años de edad, con un vestidito blanco, con un estampado de flores de variados colores, y que le daba hasta sus rodillas, con un moño rosadito en su cabello corto, con sus ojitos rasgados, brillantes e inocentes, y con unos cachetes rosados y regordetes.

con una canastita pequeña en sus manos y una muñeca de trapo muy sucia que abrazaba como si se la fuesen a quitar, y que al parecer la acompañaba dónde ella fuera.

Le sonreía sin muchos dientes en su boquita, como tratando de llamar su atención, mientras Samara la contemplaba desde la ventana del autobús, está saltaba sobre un charco de agua lodosa y de color claroscuro arcilloso, ya sus piececitos se habian llenado de aquel fango.
La miraba y se reía como si esa fuese su única diversión y travesura para en ese lugar.
De pronto vio su futuro y como su madre al verla que aprendia muy lenta las tareas de su escuelita, la castigaba muy fuerte y hasta con ortiga ( planta que causa picazón después de golpear a alguien) le decía bruta, tonta ignorante y un simnumero de epítetos groseros, luego la vio mas grande, vio como en su colegio sacaba buenas notas, y mientras mas se portaba bien sus padres le pegaban diciéndole idiota no sabes hacer nada, eres una inútil, su padre se emborrachaba y le pegaba y luego su madre también lo hacía,  hasta que en un momento dado trato de quitarse la vida y Samara cerro sus ojos y no quiso seguir viendo el destino de ella.

Samara veía ese cuadro de la niña que se despedía de ella con su manito pequeña, ella logró ver en esos instantes ese horrible futuro que le esperaba, mientras que poco a poco iba desapareciendo su imagen al alejarse el carro de la tierna criatura.

Brotaron muchísimas lágrimas de sus ojos con una tristeza y compasión muy profunda, al tratar de entender este nuevo mundo que la rodeaba.

Como se podían maltratar de esa manera a un ser que lo trajeron al Mundo con amor y ternura, y luego maltratarla ya de mas adulta las mismas personas que la concibieron.

Intentó comprender esto tan extraño para ella, pero solo guardo silencio y agachó su rostro sin pronunciar sonido alguno.

En ese preciso momento como en un flash, se activaron los recuerdos de Samara, como si esa energía oh visión de este ser tan inocente y puro la hubiesen trasladado oh teletransportado con su memoria del presente al pasado de su niñez, al planeta Silius de la constelación de Brikses a más de 8.000 años luz de la tierra.

Alli conoció a su primer Maestro Siur, un ser completamente de luz blanca y transparente, de casi 3 metros de estatura, no tenía un rostro definido, su cara y cuerpo se ondulaba como las olas de un mar cristalino y frágil, pero que reflejaba luz, parecía como un sueño entre borroso y real, y con las diferentes emociones variaba su nariz, sus labios, sus ojos, que no lograban definirse, ni tampoco a sus emociones, ni a él principalmente, porque con los destellos que Expandia su cuerpo y rostro no se podía saber si era de sustancia o no.

Era como si Samara estuviera viviendo nuevamente esa experiencia con su Maestro y guardian Siur,

Era el planeta Silius de superlativa belleza y paisajes con parajes que invitaban a soñar, casi comparable con un paraíso multicolor que no se conocía en la tierra por su distancia, ni sé podía comparar con ella.

Siur enseñaba con sabiduría a más de 20 niños de edades entre 2 y 4 años con un lenguaje como si hablara con gente sabía y de edades muy avanzadas, oh adulta, pues cada niño que llegaba se los consideraba almas viejas tratandolos con mucho respeto. solo se les tenia que recordar aquello que  habían olvidado al nacer para que puedan desarrollar mas.

Samara un Amor de otros MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora