Sajonia

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Sajonia era un lugar hippie decían los que lo habían visitado, dónde se podía conversar y pasarla bien.

Caminando entre luces nocturnas, y otras opacas que se distanciában cada una de ellas, pero algunas de brillo muy intenso y de colores diversos frente a ellas, la calle se iba tornando cada vez más angosta, ya casi llegando a su fin.

Las chicas al arribar al sitio en cuestión de minutos, alzaron la mirada y vieron un letrero muy grande y luminoso que decía "Sajonia" (Bar Discoteca Karaoke, dónde disfrutaras de los más ricos cócteles y buena música).

Un hombre en la puerta de entrada las hizo pasar, y luego otro las recibió adentro "Bienvenidas a Sajonia les dijo " invitándolas a sentarse en una de las mesas cercana a un Tv plasma de 90 pulgadas y preguntándoles ¿van a tomar algo?". Las chicas asintieron y Laura le pidio recomendaciones al mozo. El hombre les presentó la carta de cócteles y les preguntó  cuáles de ellos les gustaría servirse, garantizándoles que todos eran muy buenos.

Mientras Lau era la que elegía por Samara, pero mientras lo hacía, empezaron a mirar a su alrededor y a disfrutar del ambiente del bar. Unas parejas en una mesa cercana compartían risas y cantaban juntos en el karaoke, mientras que en otra mesa un hombre solitario escribía en su bloc de notas mientras bebía su cerveza. El bar tenía una decoración rústica y una iluminación cálida que lo hacían acogedor y agradable al observador.

Al estar en la mesa, Lau Pregunto a Samara que trago quería y ella contesto, lo que quieras Laura.

Finalmente Lau tomo una decisión y pidio dos mojitos que el hombre les prometió que serían los mejores que habían tomado en su vida.

Samara sabía que no podía ingerir ninguna bebida extraña, por su misma condición de recién llegada al planeta, pero antes de hacerlo, vio como de los cuerpos en movimientos salían lenguas de fuego de cada uno de ellos, con fuertes matices oscuros.
Otros color naranja, todo esto pasaba mientras se contorneaban con bailes muy sensuales, y con esa fuerte sensación de fusion de dos energías potentes, como queriendo procrear en ese instante con mucha euforia, era como si el sitio estuviera en llamas.

Los pensamientos eran iguales fuertes y sus luces chocaban entre si como meteoros en destrucción, otros eran parecidos a una estrella queriendo implosionar, cuerpos en llamas desahogando sus problemas, como danzando en un ritual primitivo y explosivo, como si de volcanes en erupción se trataran, llenos de placer y furia contenida, y a la vez desenfrenados, como queriendo que no se termine nunca.

Luego dejaron de bailar para dar paso a que las personas allí presentes cantaran con el karaoke. Desfilaron muchos que cantaban bien, y otros que eran aplaudidos por sus amigos que los acompañaba, y que lo hacían pésimamente mal, hasta un concurso hicieron, dónde el premio eran bebidas.

Mientras Samara admiraba el lugar con mucho detenimiento, miraba lo rústico del lugar, habian Adornos tipo Vikingos, cuernos en un casco de metal en un rincon, adornos antiguos, un gran cuadro pintado frente a ella de un guerrero celta en posición de combate, como rememorando victorias de épocas pasadas.

Mientras esperaban su pedido de pronto Lau se levantó desapareciendo, y acercándose al karaoke a mirar la lista de canciones. Había de todo: desde clásicos de los 80 hasta los últimos hits de la radio. Todo el mundo estaba invitado a cantar y aunque al principio las chicas eran tímidas pero más Samara por su condición de no pertenecer a ese lugar. Laura ya después de unos cócteles se animo a cantar para sorpresa de los presentes que de inmediato a todos los dejo boquiabiertos con su destreza vocal.

Samara sin percatarse que Laura ya estaba en el escenario cantando, y que solo estaba dedicada a observar el lugar, a las personas, los objetos, los eventos, los corazones, la energía flotante.

Samara un Amor de otros MundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora