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|8|El primer rayo ⚡️

Jake

- Lo siento, ¿si?

Intenté mantenerme a raya, sin sonreír, lo juro, pero fue imposible. Al verla ahí delante de mí, disculpándose más a la fuerza que por cualquier otra cosa, no pude ocultar la sonrisa.

Sin embargo, me forcé a mantener una expresión neutra al verla fruncir los labios y mirarme con cierto recelo.

- También lo siento - admití apenado un momento después, rascándome el cuello.

Luego de premeditar todo, lo entendí.

Su reacción era comprensible. Aquel libro de portada blanca, resultaba más que evidente, tenía algún tipo de valor especial para ella.

Lo que hice con ayuda de Travis (aunque eso Luk no tenía porque saberlo aún) no sería lo mismo, pero esperaba que apaciguara las cosas. 

Así que sin darle más vueltas a todo, saqué la ofrenda de paz de la mochila.

No fue capaz de ocultar la sorpresa ni de cerrar la boca, por lo que llegué a pensar que se lo tomaría de la peor forma posible, pero al verla abrirlo con duda y desconfianza para finalmente volverse a quedar boquiabierta cambié de opinión de golpe.

- Esto... esto... esto...

- De verdad siento lo que le pasó a tus libros, Luk, y se que no es igual, pero espero que lo aceptes como una banderita de paz y una disculpa - sonreí. Esta vez, de verdad.

O por primera vez con ella, de verdad.

Ese discurso no era mío, bien, había que aceptar eso, pero funcionó (o eso esperaba). Lo había visto en alguna película.

- No entiendo - farfulló desconcertada.

Sonreí un poco más y por poco puse los ojos en blanco.

- Estoy casi seguro de que después de que alguien hace algo por otro alguien, como darle un regalo, se dice "gracias" o algo así, ¿no?

Estaba tan concentrada observando el contenido que ni siquiera me miró de mala forma o se quejó por el comentario irónico.

Guardó silencio unos segundos más.

- No tenías por qué hacer esto - alegó en su lugar, demostrandome una vez más lo complicada que podía llegar a ser cuando quería -. También fue mi culpa porque no estaba viendo...

- Solo acéptalo - dije.

Si no lo aceptaba, me tiraría de un puente. No me había salido así de caro como para que ella me dijese que no lo quería.

- Es demasiado.

- Yo creo que no - me encogí de hombros con inocencia fingida.

- Jake - protestó.

¿Mi nombre siempre había sonado así de insoportable? ¿O era que Luk hacia que cualquier cosa pareciera odiosa?

- Solo di gracias o "estamos a mano, Jake, gracias por el detalle, nunca lo voy a olvidar", lo que tu quieras, pero solo acéptalo, por favor.

Quiso discutirme, pero se frenó a sí misma.

- No sé que decir.

- No tienes que decir nada, entonces.

Era extraño verla vacilar de esa forma, cuando hasta ese punto sólo la había visto mostraste segura de sus palabras y de lo que hacía, sin cupo al arrepentimiento.

Cuando el mundo caigaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora