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-¡Por favor! ¡Por favor! ¡Por favor Papá! Déjame ir, te juro que me portare bien - Estaba frente a mi padre de rodillas suplicándole que me dejara ir a una fiesta de la universidad, pero el problemita era que la fiesta seria en Cancún, México – Por favor, ¿Sí?
-Emma, ya te dije que no – dijo mi padre tomándome de las manos para levantarme – Y no voy a cambiar de opinión.
-No es justo – dije apartándome - A Rachel si la dejaste ir.
-Porque está en su último año.
-Y eso que tiene que ver, a mí me falta un año y medio para terminar mi carrera, te he demostrado que puedo ser responsable.
- ¿Te tengo que recordar que tuve que ir por ti a la estación de policía porque brincaste una barda para entrar a la casa de ese chico? – dijo mi padre.
- ¡Estaba saliendo de esa casa! – grite enojada – Deberías de estar orgulloso de que no me acostara con ese imbécil.
-Emma... - ya sabía que me iba a regañar, así que mejor lo interrumpí.
-Solo di que no me quieres dejar ir por que no confías en mí, y que Rachel es tu favorita.
-Eso no es cierto – mi padre se acercó y me tomo de las mejillas - Yo te quiero.
-Yo nunca dije que no me quisieras – me separe de él – Dije que TÚ no confías en mí, pero no importa – tome mi mochila del suelo – Con o sin tu permiso iré a esa fiesta.
-No tienes dinero para ir a México.
-Claro que tengo, no necesito ni tu dinero ni tu apoyo.
Subí a mi habitación y cerré la puerta con seguro.
Sabía muy bien que mi papá nos quería a las tres, pero Rachel es la favorita de mi papá y Sam de mamá y claro Emma James, que se joda. No me gustaba que ellos no confiaran en mí, siempre he demostrado que puedo ser igual de fuerte de Rachel e inteligente que Sam.
- ¿Te dejaron? – Me pregunta Camille al otro lado del teléfono.
-No – dije triste – Pero aun así iré — me pare de la cama para ir a mi closet a sacar una maleta pequeña – Tengo dinero ahorrado y me alcanzara para el fin de semana.
-Y con tu encanto conseguiremos bebidas gratis – dijo riendo.
-Nosotras no tomamos idiota – metí unos shorts sin doblar a la maleta.
-Emma, solo será por esta ocasión, imagina esto – dijo seria —Tú lejos de tus padres, que te regañan por todo, acostada en la arena, cerca del mar, mirando a todos los hombres guapos de la universidad...
-Camille...– dije riendo.
-Bueno, te puedes conseguir a un mexicano, también hay hombres mexicanos guapos.
